lunes, 29 de septiembre de 2014

La "Cañá" los Gamonales, I

La "cañá" los Gamonales es uno de los topónimos más familiares de los alrededores
de Ubrique. No podía faltar en la lista de lugares típicos, uno que 
hiciera referencia a nuestra singular fiesta de los días de los Gamones.
Los antiguos caminos recorrían nuestra geografía y nuestro protagonista de hoy
aún se sigue usando como sendero. Hacia la derecha iríamos a Pompa y Barría.
Y pecho arriba...



discurriremos por aquella lógica ruta que nos llevaría a Ronda
 más derechitos que por la carretera de Benaocaz.



Es un recorrido que se abre paso bajo los impresionantes tajos del Garciago
-donde está una de nuestras famosas fuentes, la de los Calzones del Garciago.
Atrás queda la tierra de Bujeos y el parque Natural de los Alcornocales.



Alcornoques y quejigos -quercus en general- que por uno u otro motivo están sucumbiendo.
Por el camino podemos escudriñar los secretos que nos esperan. Restos de vidas...



de antaño -como esta calera al borde del camino- que tiene delante el cerro
de cenizas y sobrantes... 



de la calentura imprimida a las rocas calizas para la obtención de cal viva.



Los caleros no podían quejarse de las maravillosas vistas que le ofrecía el entorno.
La esforzada vida en el campo y por el campo, tenía su lado positivo.


Una angarilla de abrir y cerrar, para evitar el tránsito de ganado, nos marca un hito...
¡La cuesta que cuesta, la de donde antaño estaba la Romería, ha terminado! -Por ahora.



Los ojos quedan como platos, admirando las buitreras ahuecadas en
 la verticalidad casi inexplicable, del macizo de la sierra caliza que aquí,
 en estas últimas estribaciones del sistema Penibético,
"da la impresión" de que se paran de golpe.
La majestuosa pared rocosa está cruzada a sesgo por la merga de la Bolicha
que permite elevarnos hasta alcanzar sus alturas -pero eso será otro día.



Desde la cañada podemos ir viendo distintos ranchos.



Unos, impecables y en uso... ¿El del Capitán?



Con frondosos y longevos árboles...



y otros totalmente derruidos. 
Al pie del camino nos encontramos con la extinta Joya.



Era costumbre sembrar desde siempre, chumberas en los aledaños...
 Para la provisión de sus dulces frutos en el verano... ¡Los higos chumbos!
Aunque no autóctonas, como dicen los botánicos, sí son tradicionales y 
vamos a lamentar el verlas desaparecer a causa de la cochinilla del Carmín 
que está diezmando alarmantemente la población de tunas.



Junto a las ruinas, está señalado el camino a seguir -aunque el cartel haya desaparecido...



para llegar a nuestro siguiente destino... ¡El puerto del Calvito!
Grandes lantiscales, acebuches y claros... ¡Campo, campo!



Y como tal, no podía faltar un sustillo que otro.
Entre la maleza sorprendemos a una "terrible fiera" herbívora.



Andaba bebiendo en lo que quedaba de agua de otra "Joya" de los afloramientos.
 Formó parte a posteriori, de la lista del proyecto "Conoce tus Fuentes"...



y que aún siendo el fin de la primavera...



su agua avanzaba -in retardo- ladera abajo,
buscando juntarse con las de la Garganta de Barrida.



El corte de la Sierra de Ubrique va en declive. Pronto sabremos qué hay detrás de ella.
Y por el camino, imaginarios dragones de piedra, desprendidos de su matriz,
descansan en el mullido suelo para acometer nuevas aventuras.



Como la vereda "no se nota nada de nada", "convenientemente" alguien osado,
ha dibujado una flecha roja que marca el sentido de la ida pero que puede
 "llegarnos a confundir" en el camino de vuelta.
Pero en vez de fijarnos tanto en esa absurda colección de piedras pintadas...



vamos mejor a prestarle atención a lo que de verdad importa...
¡La Madre Naturaleza en estado puro con los toros en el campo!
¡..Y las florecillas silvestres!



La marcha continúa pero no se desdeña una miradita atrás...
 ¡Por si las moscas!



Y no sólo miraremos hacia atrás "por si las moscas", sino que 
como estamos llegando al Puerto del Calvito, es agradable ver
la altura que vamos asumiendo. A nuestra mente acuden recuerdos de historias
de arcaicos tiempos cuando marchar por estos lares, era costumbre cotidiana.



Tanto por los viajes con "bestias", como por la ingente cantidad de personas que
 vivían en estos privilegiados pagos de detrás de la Sierra de Ubrique.
 Estamos en el puerto del Calvito. 
Más adelante se encuentran los Pozos de "Barría" y después los llanos del Republicano 
-pero por ahora no vamos a continuar hacia Villaluenga. 



 Mejor vamos a adentrarnos en nuestra propia Sierra 
-la que está a nuestra espalda.
Pero lo haremos en otra siguiente entrada:
¡Si la fuerza nos acompaña!



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