jueves, 7 de febrero de 2013

Fuentes I. La pasada del Portugués

Llevamos tiempo detrás de las fuentes de Ubrique para el proyecto de la
Universidad de Granada que vamos publicando en el blog Lila y que incluso
se habla de él por su importancia, en los medios de comunicación.
Buscar fuentes es una actividad ideal para Ubrique en verde y muy propicia
para hacer incursiones (sin ir más lejos) por nuestro término municipal.
Hoy vamos a buscar una por la "pasá Portugués".



Cuando doblamos la curva después del puente del Matadero que sustituyó
hace muchos lustros a la "pasada" propiamente dicha, a mano derecha,
lo primero y que siempre nos llamó la atención, es la antigua casa de la "pasá",
situada en la falda norte del cerro Mulera.



Es una original y peculiar edificación del siglo... ¡de un siglo! y hacia ella nos dirigimos.
Hemos quedado con el dueño de la finca... Nos ha dicho que
 posee una o dos de las que andamos buscando.



Con admiración observamos que la propiedad se emplea prácticamente en su
totalidad a la crianza de ganado de toda índole. Vivir del campo en resumen.



Nos dirigimos a la cancela de entrada y llamamos al propietario
 a la usanza de las genuinas personas del medio rural... ¡a voces!



Sale a recibirnos el propietario, Rogelio Domínguez al que cariñosamente conocemos
como "el Laja". Con singular cordialidad que pone de manifiesto la natural forma de ser
de las personas que viven plenamente de la naturaleza, nos da indicaciones sobre el
paradero de las surgencias del líquido de la vida.



-"¡Ahí detrás! Cuando termina el corralete de las cabras..."
-"¡Pero Rogelio...! ¿Por qué parte...?
-"¡Un momento! Voy yo también."



Llegamos a la fuente sobre la que en tiempo inmemorial alguien escarbó y
 rodeó de piedras areniscas para poder usar las aguas.
Según Rogelio, aquello era un "trollo" muy antiguo...



como atestiguaba la pileta redonda de la misma roca que está junto a él.



Contrastamos la definición de nuestro amigo y comprobamos que es
una derivación lingüística de la palabra "tollo" que wikipediamente significa,
hoyo encharcado por aguas subterráneas.
Es curioso el contraste que hacen el rústico pilón pétreo y la rústica bañera.
Los dos sirven para lo mismo y como de reciclaje en verde debe tratarse,
creemos que en estos tiempos modernos nadie va a entretenerse ya
en labrar en la dura roca, ningún tipo de recipiente, habiendo bañeras.




Rogelio nos indicó el lugar aproximado de otra fuente,
-"¡Alli arriba! ¡Por debajo de una higuera! ¡Allá al trasponer!"
 Él siguió su inacabable tarea con los animales.
Dejamos atrás "el tollo del Laja" y las cabras...



y cruzando arroyones de correntías bien encauzados que descienden
desde cotas superiores del famoso cerro (famoso por sus aguas),
cruzamos la finca en busca del siguiente manantial.
Si la reseña era correcta, tendríamos que dar con él.



Es una auténtica delicia pasear por un terreno que se mantiene
prácticamente virgen y que se usa para que crezca verde el alimento
de los herbívoros. Vida natural sostenible. Vida que se sucede inexorablemente...



con la muerte, en un ciclo milenario que hay que conservar.



Como en la vida todo es relativo, mirando por donde vamos no podemos decir
a ciencia cierta que estemos lejos o cerca de la hacienda de la pasada del Portugués.
El caso es que saltando un arroyón más, encontramos...



la fuente de la viña Chaves que así se llama. Aquí la vemos chorreando agua,
bajo la higuera sin hojas como marca la moda otoño-invierno en algunas plantas,
con la escalera perpetuamente instalada para cogerle los higos
y todo delante del impresionante telón de fondo que es el Torero.



Una vez fotografiada la nueva fuente (tenemos que conseguir al menos cien),
vamos a regresar para despedirnos con la atención correspondiente y agradecer
a nuestro anfitrión la deferencia y la colaboración con el proyecto.
Viendo el panorama comprendemos ante el esplendor,
 el apego de Rogelio a sus costumbres y a su terreno...



por lo que antes de irnos, vamos a fijarnos en detalles que a la llegada, no caimos.
Maquinaria agrícola que al parecer poco se usa; ausencia de hormigón
o asfalto por el suelo, lo que significa puro y añorado barro.



El "pitiminí" brilla por su ausencia. Aquí no hace ninguna falta.
Aprovechamiento absoluto de todo lo que pueda servir, incluida la furgoneta.



Y por supuesto, no podían faltar los preciados cochinos negros de los que a todos nos gustan hasta sus andares que están pasándolo mejor que un gorrino en una charca de fango.



No me mires que te miro
que nos miran que nos miramos
y verán mis ojos que dicen...
¡Qué bueno está el jamón de pata negra!
Aunque sea una perogrullada.



Por la finca deambula igualmente pero hozando entre las hierbas, una enorme cerda
blanca de la que sólo podemos hacernos una idea de su descomunal tamaño...



si la comparamos con un cerdo normalito... ¡Animalito!



¡Vivir del campo no implica vivir para el campo!
¡Bastante trabajo acarrean los animales!
Lo importante es que a esos seres, las gallinas, las cabras, los cerdos, las vacas,
los cerdos... que son el modus vivendi de nuestro amigo protagonista de hoy...



no les falte su ración diaria de sustento.



Aunque a veces la gula de alguna le lleve a intentar comerse la correa de la cámara.



Gracias, Rogelio por demostrarnos que se puede vivir
sin la necesidad de tantas cosas inútiles que desbordan nuestra sociedad.
En el campo no se para y se trabaja sin descanso pero 
es sumamente necesario que no desaparezca.
Por eso es admirable saber que existen personas que por su ideosincrasia se dedican a ello
como los hermanos Pérez -José y Cristóbal- en Vega Redonda,
Ochenta Reales en la Ponderosa -cerca de Chorro Aguay- o...



Rogelio "el Laja", en la "pasá Portugués".
¡Hasta la vista Rogelio!
¡Qué nos veamos muchas veces por la plaza del Mercado
cuando pases a recoger la comida para tus bichos!



De hoy en adelante, cada vez que crucemos este puente, habremos de verlo con otros ojos
sin más remedio que acordarnos del genuino y entrañable protagonista de la historia de hoy, mientras añadíamos dos fuentes más en la lista de nuestro acuoso patrimonio.


(Dedicado de corazón a sus dos extraordinarias hijas, Estrella y Reme)

(Si quieres ver "Fuentes II. La huerta de Carretero", pincha aquí)



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