jueves, 17 de mayo de 2012

El Llanito de los Cochinos

Habíamos quedado que íbamos a hacer el desmenuzamiento minucioso de esta
zona de la Sierra de Ubrique tirando hacia la Manga de Villaluenga.
 Habíamos subido la primera etapa del Camino de Ronda,
 pero nos dejábamos atrás lugares que para algunos son entrañables y admirables. 
Como resulta que tenemos poca experiencia en informática, 
 hemos recurrido a un método que,  por ahora es nuestro preferido...
¡El rústico analógico!
Así queda diseñado un plano general nuevo para ver la ubicación 
exacta de los lugares mágicos que se esconden en estos hermosos rincones. 
¡Ya podemos buscar en él, nuestra aventura de hoy!



 ¡El Llanito de los Cochinos!



"Decíamos ayer" que por encima de la Calera, en la primera curva del
Camino de Ronda -si alguien "no ve" la calzada, puede guiarse por esas marcas
 verde y blancas que recorren toda la sierra; es "chorreante"; bueno, la pintura-
  a la izquierda se abre uno de esos escasos prados que tenemos...




es el Llanito de los Cochinos. Es lindo e ideal para pasar un buen rato.
 Tiene un inconveniente, los cables del invento eléctrico pasan cerca.



Todos sabemos que lo que es comodidad para nosotros los humanos,  puede suponer
un grave perjuicio para otros seres, como esta rapaz.
El nombre que tiene el llanito no se debe a...



los restos artificiales que por allí nos podemos encontrar.



Al estar cerca del pueblo podemos ver algunos elementos en el paisaje
 que no  pertenecen estrictamente a él. Pero no.
 No se llama el Llanito de los Cochinos por eso, sino que...



era el acceso a un desfiladero en el que, en otros tiempos en los que muchos
habitantes de Ubrique para complementar sus parcas economías, criaban entre
las rocas, aprovechando resquicios y aberturas,a los obvios animales que gruñen y hozan.
Así que dejando atrás la protegida planicie...



nos adentramos en una época en la que 
se recogían las sobras orgánicas en los "cubos de las cáscaras".
Los mínimos deshechos restantes los recogía por las casas "Paquito el Carrero"
que para el que no lo conoció, fue el abuelo de nuestro entrañable Modesto Barragán. 
La supuesta "basura" la cargaba en su carro y la llevaba hasta
el "mulá" de la "pasá Portugués". 
 Hace 50 años.



Hasta estas cochineras naturales accedían con las cáscaras recogidas, poniendo 
a los cerdos con algunas arrobas; engordándolos para la posterior matanza familiar.
La cría de los gorrinos no era una actividad pasajera pues se tomaban su tiempo...



y esfuerzo para labrar en la dura caliza los pilones para el agua.
Esta sí que era una "industria sostenible".
(Lo blanco es un paquete de chicles para contrastar)



Avanzando por el tortuoso desfiladero (con Ocurrris al fondo) nos quedaremos
boquiabiertos ante el capricho natural al que algunos llamamos...



la Piedra del Queso. 
Es para quedarse prendado de ella desde la primera vez que se ve.
Es curiosa e invita a recorrerla...



su ahuecado interior por el que podemos deslizarnos entre sus numerosos boquetes.



Si la roca caliza al disolverse adquiere formas increíbles,
 aquí la Naturaleza borda su creatividad.



Son innumerables los recovecos de la piedra "Gruyère".



Posee interesantes "ventanas con vistas".



Por detrás de esos "ojos pétreos" hemos pasado para acceder...



a la terraza de la imaginaria fortaleza.



Después pasamos al interior de los sótanos de extraordinarias formaciones calcáreas.



Son unas estancias bien iluminadas y mejor ventiladas...



donde podemos extasiarnos contemplando auténticas piedras en tenguerengue.
Son grandes fragmentos  que están como "cogidos por los pelos".



El desfiladero que estamos recorriendo es una prueba más
 de la fragmentación que sufre nuestra sierra y que forma parte 
de las últimas estribaciones del Sistema Penibético.
Dichas roturas estructurales plagan el lugar de diaclasas
de formación tectónica, de escaso interés espeleológico.



Pero hay excepciones que confirman las reglas. Es el caso de la Cueva de la Virgen;
es una diaclasa "normal" -abertura interna con paredes rectilíneas y caos pedregoso en el suelo-
con dos entradas. Por la imperiosa necesidad que tienen algunos humanos de ir marcando
el territorio que pisan, vemos que ésta es la fácil. Reptando un poco, se accede al interior
-que bien puede ser motivo de otra historia.



 Tiene otra pero es exclusiva para los amantes del rapelador. 
Dentro de la Cueva, y en una de las paredes laterales,
 existe un acceso a una cámara en la que podemos deleitarnos
 con bellas formaciones de estalactitas y estalagmitas
-modernamente llamadas espeleotemas-
 y que son inexistentes en la mayoría de los "cajilones" 
-a no ser que los firmantes y otros de su especie hayan hecho de las suyas.



El recorrido del desfiladero de la cueva de la Virgen,
 partiendo desde el Llanito de los Cochinos, 
termina en el curso del arroyo del Búho, junto al "Camino Benaocá".
Ahí abajo acaba nuestra aventura de hoy
y comenzará otra en la que seguiremos viendo cómo la Sierra siempre 
tuvo su tranquila actividad. Labores perdidas de personas que siempre
requerían de un esfuerzo y dedicación desconocidos en nuestro cómodo mundo actual. 
Y como de muestra vale un botón, terminamos con la imagen de...



un escalón de entrada, típico en las casas antiguas de los pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz.
 A saber el por qué no se terminó y fue abandonado en "la cantera del camino de Benaocaz".



.

5 comentarios:

  1. Verdad que el método rústicoanalógico es, por lo menos en esa foto, mucho más eficaz y claro, jeje.
    ¡Parece mentira la cantidad de maravillas que hay tan cerquita! Menos mal que nos las estás mostrando, a ver si también consigues que vayamos dejando las pinturas para otros menesteres y no cochineemos más el campo.

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  2. Otra vez enhorabuena amigo. Contigo estoy descubriendo "el otro Ubrique". Y sigo con mis bromas científicas............Con respecto al paquete de chicles, se ha publicado recientemente en la prestigiosa revista científica "cochination animal´s world" que si a los "cerdos" se les proporciona unos días antes de la matanza esta golosina desarrollan profusamente las carrilladas hacíendolas más gelatinosas y sabrosas para el consumo humano.
    TODO TIENE SU EXPLICACIÓN CIENTÍFICA, AMIGO MÍO.

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  3. Jajajajajajaja, las tres erres de Ocurrris son geniales!!!

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  4. Estupenda entrada Manuel, la verdad es que estoy aprendiendo un montón con tu blog, la cantidad de sitios interesantes que tenéis por los alrededores de Ubrique, especialmente me ha gustado ver esa piedra del queso y las rocas en tenguerengue. No dejas de sorprendernos, me ha encantado el uso de medios rústico analógicos. Saludos

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  5. Jajaja, Muriel, no sólo cantas bien. He leido ese artículo, pero en este caso creo que el mismo autor puso el paquete de chicles para una comparativa y que se pudiera apreciar el "currelo" a mano del pilón.
    Mi vecino Manolo Solano (un abrazo, donde quiera que esté, y saludos a su familia), tenía en su terraza varias latas de pegamento de las altas, sin las tapas y con unas asas que él mismo les había adaptado, a las que los vecinos íbamos llevando los restos del almuerzo, mondas, raspas, añejos del puchero, huesos... y que él iba clasificando con las manos en el latón correspondiente -"qué asco, Manolo" "asco, no, que hace un momento era comida"- según el destinatario: perros, cochinos o gallinas, y que transportaba en las pedreras a lomos de un burrito hasta por encima de la barriada "el rincón", y sobre el que nos dejaba bajar si nos portábamos bien. Y no hace tanto, que yo todavía soy un chiquillo, como quien dice... También era el practicante del barrio (de niño y malito, rechacé una vez los cuidados de Diego Herreros en su favor para regocijo de mi madre), y también tiene su calle... la calle Nardo. Qué recuerdos, Manolo Solano. Gracias, Manolo Cabello

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