sábado, 12 de mayo de 2012

Perritos

No creemos que haya habido habitante de Ubrique al que no le llamase la atención
al percatarse por primera vez, de la existencia de esta singular planta...



que crece por los tejados, siendo en ese caso los perritos de las casas antiguas.
Pero se desrrollan sobretodo...



por los más variopintos rincones.



Nos estamos refiriendo al antirrino (Antirrhinum majus), también llamado
"boca de dragón, boca de león, boquiabierto, guargüerón, jetón, conejito..."



Se les puede llamar como quieran en otros lares, pero aquí sabemos lo que son.



Los perritos crecen a su propio y libre albedrío y se desarrollan por donde desean.
Unas veces lo hacen rodeados de otros primores.



Otras veces les gusta rodearse de "malas yerbas", pero en selectos rincones.



Siempre intentando ganar terreno, pero la competencia es muy dura.



Lo que sí está claro es que tienen muy buen gusto a la hora de ubicarse.
Estos perritos por ejemplo, eligieron la salida del túnel donde se juntan 
el arroyo del Búho con las aguas del nacimiento del Cornicabra en el Rodezno.



Estos otros prefieren engalanar este balcón abandonado de la calle El Agua,
por si pasara por debajo algún evento o sencillamente disimular dicho abandono.



Otros se suman al clamor popular que reclama una asistencia
sanitaria digna para Ubrique.



Algunos tienen pasión de artista y no les gustan algunos detalles que afean
las panorámicas de increible belleza que existen en nuestro pueblo.
(En este caso tratan de ocultar cables y tuberías que rompen la estética 
del San Antonio bajo el Salto de la Mora)



Incluso los hay tan atrevidos que se encaraman en la propia Torre para
 no pasar desapercibidos ante los ojos de los turistas.



Decididamente los perritos se han propuesto, no sólo dar color
 al blanco deslumbrante de nuestro patrimonio, sino que acometen 
la ardua tarea de ocultar aditivos desentonantes.
(Con la antena han podido...casi,  pero el cable ya es mucho para ellos)



No hay rincón típico de Ubrique que se libre de su presencia insustituible.



Es un recuerdo grato cuando de pequeño descubrimos que los perritos
 podían ladrar sordamente...



cuando se presionaba con delicadeza en los laterales.
Y hay que reconocer que el motivo de la publicación de esta
 entrada en este humilde blog, no es otro que...



poder incluir esta tierna imagen con un PERRITO y
 no se nos ocurría otra forma mejor de publicarla.

(Ya sabes Noelia que más tarde o más temprano pondríamos
 a tu cachorrito en Ubrique en verde)



.

3 comentarios:

  1. ¡Qué buenas fotos, hermano! Los has encontrado realmente en los sitios más insospechados...

    ResponderEliminar
  2. A pesar de atascarte un poco en el primer comentario (je je), eres entretenido y ocurrente como nadie, joío; y visitando el enlace al que invita la cuarta foto, leo que la florecilla tiene más nombres que el primer nieto del rey. Si la niña hubiera llevao un conejito en los brazos, también se te hubiera ocurrido este reportaje, pero, y si hubiera llevao un italiano muerto, eh? qué cosas...

    ResponderEliminar
  3. En el murito de mi garaje y pegada al suelo también se empeña en salir una plantita de perritos, lo que me provoca tener que hacer malabares a veces para aparcar el coche y no llevármela por delante.
    A lo que iba: alucinante el post, Manuel, le sacas provecho a todo.

    ResponderEliminar