viernes, 26 de diciembre de 2014

Canto al XIV Belén Viviente

Tal como nos tienen acostumbrados, el Belén Viviente anual se celebró
 con rotundo éxito, una semana más tarde de lo previsto gracias a la lluvia.



Como cada ocasión, un grupo de incansables paisanos, decora rincones típicos de 
nuestro querido pueblo, para recrear la tradicional conmemoración de los de acá.



Algunas de las intrincadas callejuelas del Casco Antiguo de Ubrique,
 se trasladan al año cero de nuestra era.
Ya pudimos ver en la anterior edición, en este humilde blog, los intríngulis
 del "Cómo hacer el XIII Belén" y como los que lo conocen saben de su arte...
para esta ocasión, Ubrique en verde tiene la fortuna de saber del hacer de una persona
que, aunque no colabore con la edificación material del evento, 
sí ha puesto su emergente pluma a favor de tan prestigiosa celebración.



Nos vamos a permitir ilustrar las fotografías del reportaje del Belén Viviente,
con los versos populares del villancico de Juana Camacho... Autora nobel de gran corazón.
Iremos intercalando sus estrofas "entrecomilladas" y destacadas, tratando de reflejar 
el calor humano que todos los participantes imprimen a esta arraigada tradición.



"En Ubrique hay un Portal,
un portalito viviente,
está en la calle Saúcos
y allí acude mucha gente."



Entrando por la calle Fuentezuela, antes de hacer el enrevesado recorrido...



la curia romana nos invita a inscribirnos en el censo a la antigua usanza.
Una vez terminado el protocolo qué mejor que comencemos...



con una participación especial. En la taberna de la Guindaleta no podemos olvidar
que todo lo recaudado durante la estancia tiene un buen fin benéfico, por lo que
no debemos escatimar en gastos de colaboración. Por lo cual, durante el transcurso...



podemos encontrar desde variopintos objetos de cerámica...



hasta ricas tortas de masa elaboradas in situ -y harina.



"¡Ay! el portalito
que está muy bonito en la Navidad
y los ubriqueños se acercan a verlo
para recordar."



Subiendo por Fuentezuela, siguiéndole la contra al curso del simulado arroyo 
que rememora al pretérito que dio el peculiar sobrenombre de "Culito" a la calle... 



nos encontramos al pescador y su hijo, con la inocente "caballa"
de agua dulce, pendiendo del sedal.



"El portalito se extiende 
por algunas callejuelas
Saúcos y la Guindaleta
y sale a calle Madera."



"¡Ay! El Portalito
que está muy bonito en la Navidad
y los ubriqueños se acercan a verlo
para recordar."



Y versando sobre escritoras, en su habitáculo habitual, nuestra escribana,
dejaba su sensata impronta, en los ilusionantes pergaminos 
dirigidos principalmente a los tiernos infantes.



Y enfrente, la típica e impertérrita carpintería regida por el carpintero de pro.



En la Posada no puede faltar otro vinito dulce -por colaborar- y un buen descanso.



En el típico rincón de encuentro entre Saúcos y Caracol, y sin faltar
a ninguna edición... la pleita de espartero.



"La plazuela La Verdura
tiene un encanto muy grande,
antaño allí se vendían
los pimientos y tomates."



-Y en esta noche... ¡Hasta ricas piruletas!



"¡Ay! el portalito
que está muy bonito en la Navidad
y los ubriqueños se acercan a verlo
para recordar."



"Si fuésemos más humanos
viviríamos mejor
porque eso fue lo que Cristo
un día nos enseñó."



Y para continuar con las colaboraciones extraordinarias
qué menos que, en la nueva Plaza de la Verdura,
nos comamos unos ricos buñuelos de viento...



y poder aspirar a la más natural y embriagadora aromaterapia.



Sin olvidar a los más peques que, escoltados por el Ejército Imperial Romano
-el E.I.R. que está de moda todo con siglas-
pudieron llegar incluso hasta asustarse de los tres personajes "extraños" que 
los cogían en brazos y les hablaban de los muchos regalos -si se portaron bien.



"¡Ay! el portalito
que está muy bonito en la Navidad
y los ubriqueños se acercan a verlo
para recordar."



"Qué bien que en este pueblo,
qué bien que hay un portal
donde los ubriqueños 
se acercan a adorar."



Tras el recitativo, nuestra amiga Juana ilusionada, nos cuenta que asiste
con interés a un Taller de Poemas que imparte nuestro gran
poeta Juan de Molina, organizado por las Asociaciones de Mujeres.
Por nuestra parte... ¡Enhorabuena! El saber no ocupa lugar y el hecho de
codearse con la cultura, nos hace mejores personas.



Tal y como nos mostraron en la adorable Escuela del XIV Portal Viviente de Ubrique.
Por nuestra parte... ¡¡¡Bravo!!! Un año más...



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lunes, 24 de noviembre de 2014

La pleita del espartero

Al hilo de los oficios antiguos en peligro de extinción -ya pudimos comprobar
"Cómo hacer un canasto de varetas"- hoy vamos a versar sobre una ocupación que
hasta los tiempos de esta foto, era común ver en nuestro querido pueblo.
-"¿Quién no ha intentado hacer al menos una toniza de palmichas?"
Pero no hemos buscado en Ubrique sino que, aprovechando el parentesco
de un gran amigo nuestro con un experto en las lides del esparto y la palma...



nos hemos acercado hasta la localidad cercana de Prado del Rey. 
Allí visitaremos al genuino y genial artista de la confección
con fibras vegetales de los más variados elementos, 
en un oficio tan antiguo como el Hábilis.



Nuestro anfitrión se llama Miguel Velázquez y es hermano de padre de Inés,
una paisana querida nuestra que en gloria esté. 
Vaya para ella dedicada esta entrada de este humilde blog. 
Y hablando de entrada...



nada más hacer ésta en la casa de su hermano, sobre la mesa pudimos comprobar
 lo que que prometía ser una interesante tarde de visita.



El mismo vaciabolsillos era de la pleita de palma hecha por el espartero.



Miguel nos pide que le acompañemos a su taller.
Toda la casa muestra por doquier su arraigada afición.



Y con pasión nos fue enseñando los entresijos de este arcaico oficio,
 tan vivo y actual, en sus manos. Manos con las que elabora auténticas obras de arte...



con fibras de esparto...



y hojas de palma desecadas con paciencia. Materia prima que ya en...



el interior de su amplio y oloroso -huele como si el campo se hubiese colado- taller...



el genial artesano nos muestra sus obras y materiales para la realización de la
pleita, el reuncho, la soga o el cordelillo para la trencilla,
 de tres o cinco ramales -siempre nones- de varios haces que forman
largas tiras enrolladas para después coserlas entre sí, según lo que se quiera hacer.
Entre otros... Aguaderas, albardas, bolsos, bozales, capachos, cinchas, escobas, esparteñas,
esportones, esteras, estropajos, jarmas, petacas, pocetes, queseras, seros, sombreros,
serones y hasta fundas para el móvil -por actualizar el oficio.



O esta versión de serones para la típica "movilette remolachera".



O estas jáquimas para enjaezar a los jamelgos.



Miguel nos muestra orgulloso este rústico revistero de esparto para colgar.



Ceretes para los higos fafaríes.
Fundas para botellas -"¿Qué es eso de la espuma amarilla...?"



Trenzados salvamanteles...



y trenzadas figuras de animales.



¡Vamos! ¡Toda una exposición permanente! Incluidos los "reorcillos"
 para avivar la copa de picón -o la barbacoa más modernamente dicha.



Elaborados quitasoles pequeños...



y grandes, para ventanas y puertas, realizados con una maestría palpable.



Y la especialidad de la casa...



las esteras de entrada a los hogares. 
Modelos suficientes como para poder elegir entre distintos tamaños y...



   curiosos y variados modelos.



Uno a uno -y no todos, pues no habría tarde para verlos y hay que merendar-
Miguel, con suma amabilidad, nos muestra sus obras de arte -algunas policromadas.



Colores que se entremezclan, con una ciencia que nos dará mucha pena
el día que se pierda. Por eso es de agradecer la labor de nuestro amigo Miguel...



que con orgullo, satisfacción y paciencia, va eligiendo las hojas de palma
o las briznas de esparto para dar consistencia y justificación a su ancestral oficio.



-¿Quién no durmió de bebé de mantilla en un capazo del palma, antaño...?



-¿Y quién no tiene una ultramoderna funda para el móvil del mismo material, hoy en día...?



Miguel y nuestro amigo -su sobrino- sujetan la labor maravillosa de la pleita del espartero
-que por ende también se nomina esterero por su redondo trabajo- 
en un gesto de transmisión del tesoro etnológico que antaño poblaba nuestro Ubrique...



pero que para esta ocasión, lo hemos inmortalizado en nuestra visita a ese
 Pueblo Blanco hermano que se mece entre Las Lomas y Cerro Verdugo.




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