domingo, 23 de marzo de 2014

La cola del pantano

En los albores de la primavera, nos dimos un paseito en busca de la fuente de la Viña Rifá
 frente a la finca de Fátima -para el proyecto de "Conoce tus Fuentes", en el que participamos.
Como era pronto...



paramos donde se corta la carretera, ya en la cola del pantano...



y nos fuimos al "calistral" que hay antes.
Es una zona de esparcimiento y solaz, en plena libertad.



Nuestra intención era, además de ganar tiempo y de disfrutar de las extraordinarias
estampas de pletórica naturaleza, ver como se funden las aguas del río de Ubrique
con las del embalse de los Hurones.



Allí mismo, junto al río hay una hacienda famosa en Ubrique...
 "Lo del Mirrero"...



Y en la otra orilla...
-"¿Una barca?"
-"¡Una barca!"
Una barca que nos trae a la memoria aquella cancioncilla de
"al pasar la barca me dijo el barquero..."



Una barca que empieza a desplazarse, perpendicular a la corriente, marcha atrás...





por tracción "cuerdo manual". Va a ser que  nuestra hermana Villamartín,
 nos va a ceder los derechos de su dicho. Ahora resulta que dice...



-"¡En lo del Mirrero te espero, si la soga no se parte!"















¡Un básico método de transporte, totalmente integrado en el medio ambiente!
Nosotros no vamos a probar fortuna por si acaso el remojón...



mejor acompañaremos las limpias aguas de nuestro río hasta 
donde se remansan al contacto con las del lago artificial.



No sin echar una miradita abstraída a la corriente descendente...



tratando como siempre de captar los más sutiles detalles
 para dejarlos plasmados con nuestro objetivo.
A este soberbio ejemplar de "calistro", cuya semilla voló tiempo atrás
desde esta otra ribera, sólo le falta el fiero koala en sus ramas.
Orilla abajo...



hasta que ya no pudimos avanzar más. Unos enmarañados matojos nos lo impedían.
Plantas caducas que estaban deseando como nosotros, la llegada de la primavera...



¡Los tarajes...!
Plantas de la familia de las salicornias, mismo... ¡O... no!



Intercaladas por verdes prados sobre la fértil lama asentada.
Está claro que tiene que llover mucho más para que el nivel de las aguas invada esta cota.



Y mientras sí, mientras no, ofrece un espacio idílico para la meditación y el entretenimiento.



En un vespertino marco natural en... ¡La cola del pantano!



Por allí se ven restos de edificaciones arcaicas que son vestigios
 de la vida humana de otrora y que quedaron sumergidas con la presa.



Pero la cola es más larga. Junto a ella discurre una vereda desde la que podemos...



 hacernos una idea clara del entorno privilegiado que nos rodea. 
Un camino al borde del agua en el que hay que andar con cuidado...
¡Peligros indefinidos nos acechan! Pero no hay que preocuparse en demasía...



¡Están debidamente señalizados!
Peligros como tropezar con una raíz o una piedra y caer en las profundidades...



o que seamos enganchados por la nariz con uno de esos anzuelos aburridos.
¡Siempre habrá mejores formas de pasar el tiempo aunque sea pesca sin muerte!
Ya estamos llegando al sitio donde las aguas se abren. 
Detrás de ese recodo nos encontraremos con la triste cruz del pantano...



¡No! ¡No están rezando! Según comprobamos después estaban arreglando un pinchazo.
Y aunque la triste cruz del pantano parece que 
esté fuera del agua como en los períodos secos...



Ahora está inmersa en las mismas aguas en las que vive el ser imaginario
que casi descubrimos cuando vinimos otra vez al pantano de los Hurones.
En aquella ocasión hicimos la comparación de Nessi -el monstruo del lago Ness- 
con Huroni -nuestro monstruo particular de los Hurones.
También esta tarde creímos ver a Huroni a lo lejos...



pero al tirar del zoom, descubrimos que no era el terror del embalse
 sino un tronco flotante arrastrado por la corriente.



Cuando estamos en la cola del pantano es inevitable ver el lamentable estado de abandono
del proyecto cofinanciado por la Comunidad Europea... El Campamento Juvenil.



Al parecer la gente lo confunde con un estercolero. Y es una pena...



porque el enclave privilegiado, catalogado dentro del Parque Natural,
bien merece su inmediata puesta en valor. 



El regreso a nuestro querido pueblo nos sirvió para reflexionar sobre
la suerte que tenemos los que vivimos por estos lares y 
la cantidad de incursiones -sin ir más lejos- que podemos imaginar.



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sábado, 15 de marzo de 2014

La Patacabra gigante

Una vez al año desde hace veintidós, hace su aparición,  por las calles de Ubrique, 
una patacabra gigante que simboliza el fin de fiesta previo a la cuaresma,
en las ya pasadas fiestas del Carnaval.



Aquí podemos ver, junto a ella, al hacedor de tan genial evento, 
nuestro hermano Leandro Cabello, que es el encargado de la idea,
 el diseño y la manufactura. Días antes durante la celebración en sí,
 se encierra para su elaboración y, benditas casualidades...


pudimos ser testigos de excepción de estas tomas inéditas del traslado
de la Patacabra gigante hasta el Jardín.
-"¡Venid a ayudarnos que esto pesa!"



Pero era mejor poder captar este momento previo que nadie ve.



Todos los elementos del curioso paso fueron cargados con sumo cuidado
 y cubicaje preciso, en el camión del servicio municipal.



Ahí está la flamante Patacabra que este año va terroríficamente demoníaca, 
escoltada por Leandro y el imprescindible Ramón Flores...


conducidos por José Salinas que por una vez no está agarrado al volante, por ahora.
-"¡Ya está todo!"



-"¡No, espera! ¡Qué falta la patacabra infantil! ¡La que crea escuela!"


-"¡Y los tridentes de ensaltar pecadores!"
En otras épocas, la Patacabra se sacaba a la calle directamente
 pero ya hace algunas ediciones...



que se lleva al Jardín -la Jardinada- para disfrutar de ella antes de su fin.



Una muchedumbre de disfraces se congrega a su alrededor.
 Algunos que se acercan, viendo la maravilla de patacabra de este año,
insinuan que de seguro será indultada y al enterarse que
también será pasto de las llamas como siempre al día siguiente...



se marchan cabizbajos y apesadumbrados. 
-"'La pobre...!"
Y es que la tradición de más de dos décadas, dicta que ha de ser quemada
y a sus llamas incorporar individualmente un detalle del disfraz usado cada año.



El día de la procesión de la Patacabra hacia las brasas del infierno, llegó.
Desde el balcón del tiempo vimos como se agrupaba el personal en
la nueva Plaza de la Verdura, así que bajamos...



un rato a intentar capturar las instantáneas del momento anual, único e irrepetible.



Aparte de la hechura de la Patacabra de esta edición y los disfraces,
 hay algo que hace distinto éste, al entierro del Carnaval del año pasado.
Si nos fijamos bien, hace trescientos sesenta y cinco días este lugar era
Afortunadamente esa incongruencia, pasó a la historia.



Este día es distinto; para celebrarlo. Y para que quede constancia...
un buen reportaje fotográfico. En ésta, nuestro hermano Leandro Padre con
 la nueva generación, representada por Leandro hijo, que cogerán el futuro testigo.



En ésta, con un servidor. 
Es un privilegio poder posar un año más para Ubrique en verde.



Y aquí acompañado de organizadores y animadores de la Patacabra.
Todo saldrá a improvisadamente perfecto. ¡Cómo siempre!



No sabemos por qué, pero las siete siempre vienen a ser las siete y media.
 Hay que esperar un rato más. Los nervios están latentes a flor de disfraz.
 Queda poco para que don Carnal nos abandone de nuevo.



Ahí delante vemos como tres personas -una de ellas sentada en unos de los nuevos canapés-
 están royéndose las uñas de puro nerviosismo...
-"¿Qué? ¿Qué no son las uñas? ¿Qué están comiendo pipas...? ¡Vaya!"



La patacabra gigante está concienciada de su propio fin.
 Decimos "gigante" en contraste porque ya sabemos cómo hacer una patacabra normal; 
una de esas que es la herramienta genuina de las petaquerías de Ubrique.
Pero nuestra protagonista no procesionará sola...



delante irán las infantiles.
 La genuina que parece una fotocopia pero más pequeña...



y las nuevas que se van incorporando. 
¡Sublime e imperecedera tradición!



A medida que se incorporan más asistentes, todos van quedándose
 embobados contemplando la representación del terror humano...
¡El propio diablo!



Llega ya el momento. Las agrupaciones se ponen de acuerdo para llevarla
por momentos. Todos quieren disfrutarla hasta el antiguo "Moliero"
 donde habrá hasta un castillo de fuegos artificiales para darle
más pompa y boato a la ceremonia del final de los locos días.



Empieza la marcha a ritmo de procesión. Las primeras la comparsa de las Niñas. 
Los gritos de "¡Ay que pena!" "¡Qué penita!" y ¡Qué dolor!" se suceden.
Dramatismo y jolgorio se mezclan en un ambiente atrayente que
 vamos a tener que perdernos un año más.



Leandro que está en todo, retira con prudencia momentánea los tridentes...



para poder sortear el primer y único obstáculo del recorrido...
el paso por el estrecho callejón de Janeiro.
-"¡Al cielo con ella!" 
La procesión mixta y la posterior quema de la Patacabra, debería de ser nombrada
de interés turístico general. Es tan atractiva porque en su desarrollo
imperan aleatoriamente, el caos ordenado y la alegre tristeza.
¡Enhorabuena a los organizadores!



Inamovible, la Cruz de la plaza de la Verdura parece que se queda canturreando
 la antigua letrilla que fue el motivo de la Patacabra gigante de este año...
"El demonio ni inventara
 lo que hicieron en Ubrique
 que amortajaron a un gato
 y le echaron un repique".
¡Hasta el Carnaval del año que viene!



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