lunes, 5 de octubre de 2015

Ubrique en el Recuerdo. Convivencia.

Las nubes desde el balcón del tiempo, la tarde del viernes, añadieron una pizca de
incertidumbre para la convivencia del numeroso grupo de Ubrique en el Recuerdo.
Pero resultó ser una grata falsa alarma. 
Había mucha ilusión puesta y la mañana del veintiséis...



sólo los que íbamos a subir, estábamos en las puertas del Ubrique
 más romano que se conoce, aunque esté en el Salto de Una Mora.
Lo primero era la visita guiada a Ocurris, acompañados por María.



Por delante quedaba el sendero de la acertada recuperación de nuestro patrimonio.



Las dos horas que duraba la visita prometían ser muy entretenidas e interesantes...



bajo la provechosa audición didáctica de nuestra guía profesional... 
¡Todo un lujo!
Y ante lo que para algunos podría ser a todas luces, un "vaso de calera",
ella aclaraba que estábamos pasando por la zona de la necrópolis
y que los restos pertenecían a las tumbas de los romanos de a pie.
Algo más arriba hicimos la parada obligatoria...



en lo que siempre conocimos como Columbario.
Allí se depositaban las cenizas de los romanos VIP.
 ¡Escucharíamos la historia de aquella maravilla, una y mil veces, sin cansarnos!



Imposible el "no coment" yendo dirección a la ciudad romana en sí.
Dejando atrás el mundo de ultratumba...



y subiendo el último repecho, la grácil vereda nos conducía directamente...



a las puertas de la muralla ciclópea...
-"¿Qué por qué se llama así...?"
La respuesta gira en torno al gigante de un sólo ojo, Cíclope, de la mitología griega,
el único capaz de mover piedras de tamaña envergadura.



-"¡Cuántos pasos hemos dado a través de esas puertas para adentrarnos
en la magia de la historia de nuestro querido pueblo...!"
¡Por lo menos "doscientos ocho"...!
-como el Grupo de Rescate.



Era hora de una primera foto del grupo para el recuerdo de Ubrique en el Recuerdo.



La primera domus de la escalera lateral -la de la fuente de Minerva-
sirvió de marco inigualable para el heterogéneo grupo humano 
que andaba arrobado ante tanta grandeza histórico-natural.



Atrayente -sobre todo para los que trabajamos en el Agua-
fue escuchar una vez más, la historia de la avenida del primordial
elemento desde el Acueducto de los Paredones hasta los
esplendentes impluvios de cualidades estancas bien conservadas.



Y aforando esta toma, no podemos evitar acordarnos de la canción de Miguel Ríos,
aquella que decía... 
-"¡Vamos a tocar un rock & roll al foro del pueblo...!"
Pero en vez de música...



la entrañable disertadora María, descansó su garganta.
Fue cuando nuestra hermana Esperanza, la precursora del solícito grupo de "Feisbu",
 Ubrique en el Recuerdo, agradeciera con su amable talento la presencia.
Y dar paso a una acompañante de excepción de la que dicen las buenas lenguas...



que de entrada, había hecho historia, ya que es...
¡La primera alcaldesa de nuestro querido pueblo...!
Que nos dirigió unas alentadoras palabras para continuar con la "recolección"
de antiguas fotografías de Ubrique -pues de eso se trata el ímprobo trabajo...
¡Ese esfuerzo intenso, realizado con enorme aplicación...!
¡Esa ingente labor altruista y cultural...!
¡Vamos...! ¡De esas cosas que merecen la pena en la vida...!
Estaba resultando una jornada plena de emociones y calor humano.
Calor que se hizo más intenso...



cuando el sol de mediodía caía sobre las testas al alcanzar 
la zona de las Termas.Todos estábamos buscando
 la sombrita de los almendros y acebuches que abundaban.
¡Bueno...! ¡Todos no!


Al sol ligero realizaban su ingente labor los reporteros gráficos.
Eso sí, fotografías se hicieron por cientos. ¡Y todas... para el Recuerdo!
Y recuerdos de la infancia tampoco faltaron...



como cuando nos adentrábamos en lo que fue la casa de Juan Vegazo
-el ubriqueño que compró aquellos terrenos en el siglo dieciocho-
que aprovechó los restos de un templo romano para construirla...



a la sombra del acebuche singular andaluz catalogado que 
cuenta con una longevidad pluricentenaria. 
Tantos siglos de energía verde acumulados en su portentoso tronco...



invitaba a pedirle al "señor" anciano que la compartiese.
A la visita guiada le llegaba el punto y seguido.
Y pies en la tierra de nuevo para el regreso...



sin obviar la mirada al cielo ya que, en esta época incierta de "Veroño", se podían 
precipitar los acontecimientos para la segunda parte de la Convivencia...



que iba a ser en los Veinte Pilares. Así que... ¡A desandar lo andado!
Pero antes de abandonar las aprovechadas instalaciones 
aledañas a la ciudad romana,,,



nos merecíamos disfrutar -¡Sentados!- de la proyección que sintetiza y afianza lo vivido.
Con un buen aplauso al video y a María, la arqueóloga, junto con el agradecimiento
 por su divulgación de nuestro patrimonio, nos dispusimos a la marcha...



hacia la conclusión sustancial de la segunda reunión del Recuerdo.
In situ pudimos comprobar los avistamientos en los Veinte Pilares y
precisamente allí...



en la "nueva urbanización los Veinte Pilares" se sacaron de los bolsos y 
se compartieron las viandas, en armonía y comprensión hacia nuestra zona vegana
-no sin suscitar la curiosidad hacia ese actual y
 compasivo estilo de vida a favor de los animales.



Pero el culmen de la jornada lo puso nuestro amigo Manolo...



que aportó un vino con la extraordinaria solera de ciento treinta años.
¡Un elixir especial para brindar por un grupo especial!
Y con la "copa" en la mano se deseó la próxima edición anual 
-con todos de nuevo presentes- y por las futuras generaciones.
¡Y como estaba mandado...



¡A brindar...!
¡Arriba...!



¡Abajo...!



¡Al centro...!



¡Y adentro...!
¡Felicidades...!



¡Y claro...! ¡Lo inevitable con la bebida...!
¡A buscar el hueco necesario...!
Como nos contara el amigo Paco...
-"¡Aquí hacen falta unos buenos servicios!"



Concluyendo... 
Habíamos asistido a...
¡Un día calmo, sereno, culto, divertido, interesante, agradable, compartido...!
¡Un día inolvidable...!
-"¿Y para cuándo la otra "Convi"... para Ubrique en el Recuerdo?"
¡Gracias a todos...!




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1 comentario:

  1. Realmente es una experiencia extraordinaria, no solo visitar Ocurris de la mano de una persona cercana, humilde y con una formación tan amplia, sino por compartir momentos con todos, recorrer uan buena parte de nuestra historia y brindar, como bien dices, por las reuniones futuras.
    ¡Que vengan pronto!

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