viernes, 1 de febrero de 2013

Un triángulo en la sierra. Las apariencias-IV


La Madre Naturaleza tiene la virtud de ofrecer ante nuestros estupefactos ojos, 
multitud de formas de las que nos admiramos (sólo si tenemos ese don).
Normalmente asociamos lo que vemos a nuestros conocimientos...



por eso si vemos esta diaclasa cerca de la majada de las Tunas, 
pensamos en una línea recta. Y si a la diaclasa se le añade otra horizontal 
como si se tratase de un cruce de cables...



se nos viene a la memoria una cruz como ésta que podemos ver junto al Rano.



Este agujero circular podría ser muy bien un punto y coma...



y estos, los dos puntos aunque más bien forman una "pareidolia para normal"
porque parecen los ojos de un fantasma.



La Madre puede tallar formas trapezoidales...



o cúbicas mismamente. Todo eso está muy bien pero la figura geométrica
que hoy da título a la entrada, es un curioso...



triángulo equilátero que se ve sólo desde los Olivares y que a alguno ya le ha dado
por tildarlo con el rimbombante sobrenombre de "el Ojo de Dios".



Con el afán aventurero que emana de Ubrique en verde, vamos a localizarlo in situ.
El triángulo ya fue nombrado en la ruta de la Cochineras...



que va desde el Calvario hasta la Era y junto a ella se encuentra nuestra forma geométrica.



Las cochineras son, mejor dicho eran, esos habitáculos, receptáculos o cubículos
 que servían para engordar uno o dos cerdos en aquellos años de depresión...
(como los de ahora pero más viejos).



El triángulo está cerca del toldo que hacía contrastes luminosos en nuestra
 mancillada sierra.



Por encima de donde estaba...



el prado verde y florido...



allí está nuestro protagonista de hoy.



Empecemos a repechar para conquistarlo y comprender su formación.



La roca caliza siempre tan sugerente con su bella y caótica formación
y como no, su buena adherencia...



nos pone a un tiro de piedra (nunca mejor dicho) uno de esos misterios que nos brinda...



ofreciéndonos en la ascensión estampas típicas de Ubrique de singular belleza.



Igualmente, si somos observadores, trataremos de descubrir de entre las 
formas amorfas de la roca caliza alguna silueta que nos llame la atención
como lo hizo el genuino y auténtico...



animal imaginario vegetariano, el "Magnánimo Dragonus",
fuente para la inspiración de aquella mítica entrada, "dragones de piedra".



Hemos llegado al perfecto triángulo equilátero en la sierra y otra vez más...



las apariencias engañan y nos han tomado el pelo de nuevo.
Lo que perfectamente se veía como un triángulo no son nada más que...



un lantisco y unas rocas decoloradas con el gris de la oxidación perdido...



 que conjuntamente y desde la perspectiva de la lejanía, dan la sensación meramente...



de un triángulo en la sierra.



La sierra de Ubrique tiene infinidad de misterios por descubrir.
Ya iremos dando con ellos en nuestras futuras y cercanas incursiones, sin ir más lejos.



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1 comentario:

  1. Cuidado con los triángulos, que los carga el diablo :p
    Un abrazo.

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