sábado, 23 de febrero de 2013

El Calvario de Ubrique


Por debajo de la impresionante falla de la Merga en la sierra de Ubrique...



pero por encima de un ficticio pueblo sin coches (como un sueño imposible)...



hace mucho tiempo que se construyó una pequeña ermita a las faldas...



del montículo rocoso llamado la Viñuela.



Por el arraigo popular que siempre tuvieron los temas religiosos, ahí se quiso rememorar
lo acaecido en el original monte Calvario donde según cuenta la tradición occidental
murió clavado en una cruz, Aquél que nació en un pesebre hace más de dos mil años y
 que sus herederos seguidores en la actualidad, regentan el Vaticano.



En Ubrique tenemos las calles con los nombres, Calvario y Calvario alto pero 
no es porque haya dos calvarios aunque lo parezca. El auténtico, delante,
 tiene hasta campanario. Lo de atrás es una casita sola que está...
¡Eso, sola!  ¡Ahí...!  ¡Que no vive nadie! 
Pero que no tiene nada que ver con el tema de hoy que es... 



nuestro propio Calvario con su campanario que podemos ver desde cualquier parte
de nuestro querido pueblo. Imagen inconfundible de nuestra sierra y que 
tiene primos en las poblaciones hermanas de Benaocaz y Villaluenga.




El Calvario comparte protagonismo con otras construcciones ubriqueñas



o la reformada torre campanario de la iglesia.
El Calvario, que a su visión los ubriqueños estamos acostumbrados...



emerge altivo mostrando su peculiar silueta que es...



  
tan cotidiana como de andar por casa. 
Tan familiar como un tendedero con la ropa al sol.



Lugar de peregrinación y cumplimiento de promesas. 
Sitio elegido para las tempranas "incursiones" de chiburraleas (grupos de infantes).
Punto de partida para la ruta de las Cochineras que llega hasta la Era, del Ubrique el Alto.



El humilde Calvario, que se codea con señoriales edificaciones como 
la casa que obstenta el número ocho de la Plaza (la de Peña).



El Calvario, sencilla y bella flor colgada en el balcón de nuestra sierra.



Lugar al que todo ubriqueño está obligado a subir al menos una vez en la vida.



Esta peculiar toma está realizada desde la frecuentada (por la cabras montesas)
salida del Huerto del Tabaco. Podemos apreciar pero sólo es un efecto óptico,
que el Calvario está junto a la barriada del Rincón (de los rincones escondidos),
donde se ubica el mirador de la antigua viña del Perro, en la ruta de los Miradores.



En esta otra, desde Umrica con el cerro de Mulera de telón de fondo, caemos
 en la cuenta de que "mucha foto del Calvario pero aún no hemos subido".



Cuando subamos a la ermita, hagámoslo con el respetuoso "paso verde" que requiere
cualquier internamiento en nuestra Madre Naturaleza.
En este caso, no hay ni que pisarla...



porque la ascensión está debidamente marcada y enlosada. Cuenta con
 la inestimable ayuda de las barandas y va acompañada por el singular via crucis 
que parte desde la plaza del Carril, donde llegamos a subir el dia de la "Chorizá".



Ya arriba, el primer contacto visual impresiona. Normalmente la reja está cerrada
 pero a veces se abre y se celebran cultos religiosos.



 Tendremos que subir algún día al Calvario tempranito para poder entrar.
Cuando eso ocurre podemos curiosear en su interior...




donde se ven las muestras del fervor de muchas personas que ponen sus esperanzas
en las encendidas velas rojas para la imagen del Clavado en la Cruz.
Por eso y respetando las genuinas creencias personales, decíamos en
otra entrada de Ubrique en verde que debería llamarse el "Clavario", en broma.



Y buscando  el nuevo vocablo, apareció la acepción como el nombre de un hongo campestre
muy peculiar y llamativo... la clavaria. Con resignación, habremos de desechar
Clavario en vez de Calvario como viene diciéndose desde hace cientos de años.
(¡Con la iglesia hemos topado, querido Sancho!)



El día a día de nuestro calvario particular va acabando una vez más.
 La tarde con sus sorpresas luminosas cae por igual para todo el pueblo...



y tras la tarde, la nocturnidad alevosa se va cerniendo inevitablemente. 
Nuestro Calvario se ilumina para que nunca olvidemos...




que desde otrora siempre estuvo presente en nuestra laboriosa vida marroquinera.



¡Ah y un curioso apunte! "Esa ropa tendida" (¡No! ¡La del tendedero, no!)...
nos referimos a los que están allá arriba que ese era el término empleado
 cuando había niños delante y nuestros mayores estaban hablando temas adultos,
son los que componen el coro de voces blancas. La foto es de cuando estas navidades
grabaron el villancico de Canal Sur, resultando una empresa exitosa en la que
 el Calvario tuvo un singular protagonismo...



pues desde los aires de sus alturas, miles de personas pudieron admirar embelesados...



la vista impresionante de Ubrique y de la que nuestro protagonista disfruta
paciente, acurrucado a las faldas de su espectacular sierra.


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