lunes, 17 de septiembre de 2012

Las vacaciones. 3ªParte

 Aunque sea muy buena  la carretera y el cielo esté precioso, eso no es óbice para no sentir
pena por el retorno que emprendemos.



Aunque el Macizo Galaico sea de un verde esplendoroso...



salpicado de aldeas y pueblos como sacados del Señor de los Anillos, eso no es escollo
para no sentir penita porque se acaben las vacaciones
(que hemos tenido que contar en tres partes por lo densas).




Aunque el Miño nos brinde en sus aguas cristalinas el reflejo de
 las nubes que indican la agradable temperatura existente en el norte de España, 
eso no es traba para no sentir escalofríos sabiendo que nuestro
destino es el riguroso calor sureño. 
Pero antes vamos a parar un poquito para visitar...



Ourense cuyo mercado exterior en el cacso antiguo, nos sirvió para recrear 
la primera imagen en la entrada "¡A cien!".



 Mientras aquí usamos petardos, tracas y bocinas para las bodas,
 pudimos ver a unos recién casados portando a rastras las nostálgicas latas.
Fuimos a ver si entrábamos por la puerta grande de la catedral
 por donde salió el cortejo nupcial.



La puerta grande estaba cerrada (el sacristán ya habría cobrado las "perras"), 
por lo que tuvimos que contentarnos con ver pasar el tren por debajo de las escalinatas. 
Viniendo el comentario del que suscribe ("el que escribe debajo") en Ubrique en verde
puede resultar extraño y sonar a mofa lo del tren pero...



puedo prometer y prometo (resulta familiar) que el tren pasa por debajo de la escalinata.
Suponemos que al carecer de costa, Ourense tiene fuerte arraigo con este
 medio de transporte, ¿qué hace, si no...




este lindo ejemplar de museo en medio de la calle?



Y con el cha-ca-chá del tren pero en coche, fuimos sumando kilómetros por dos carriles,
cruzando viaductos para las hondonadas...



y túneles para los montes. Algo así podrían hacernos a los ubriqueños
 para ir a Algeciras desde Ubrique, sin tener que dar la vuelta por Jerez.



Dejando atrás "a terra galega"
(ahora que caigo, no hemos puesto nada de Santiago y Pontevedra;
otra vez será -¡vaya despiste!), 
 pasamos de vuelta por las sierras de Béjar...



siendo testigos impotentes de uno de los numerosos incendios forestales 
que han asolado nuestro país este verano.
 Tenemos que mordernos la lengua a la hora de calificar al infame hacedor
de tal atrocidad.



La columna ascendía decenas de metros y nuestra mente no pudo por menos que
recordar cuando se nos quemaron las míticas encinas de la Manga.

Y otra vez Extremadura, pero esta vez no pasaremos por la maravillosa Cáceres.
Lo haremos por un pueblo de pasado glorioso y señorial...



que aunque aquellos tiempos han dejado atrás su borrosa estela 
de conquistas con luchas y sufrimientos...



en ese pueblo aún conservan como oro en paño, el patrimonio legado otrora.
Es como un recuerdo permanente del miedo que sufrieron en sus carnes, los indígenas del 
Nuevo Mundo al pensar que iban a ser atravesados por la espada
 blandida de la mano de Pizarro,
natural de Trujillo provincia de Cáceres de la nueva España unificada 
por los Reyes Católicos años atrás.



Todo el casco histórico rezuma ese ambiente que nos subyuga y transporta a esa época.
Menos mal que en aquel tiempo hubiéramos sido del bando español y no unos 
"miserables salvajes perdedores".
¡Cosas del ansia de poder!



Trujillo tiene un castillo...
(lo dejo así porque el pareado ha salido bordado)
desde donde se divisa...



la grandeza de esos otros tiempos vanagloriados donde se conquistaba por todo el mundo
 en el nombre de Dios (por ponerlo suavecito de alguna manera).



Tenemos que dejar la provincia de Cáceres por un tiempo y decirle adiós.
Nos llevamos en el alma el íntimo deseo de volver otra vez y esperando
 no haber "pinchado" en demasía con las aseveraciones históricas.



Dejaremos atrás sus ferias de muestras "ar tesanales" 
(artículos handmade, como en Ubrique),
sus jamones de bellota, sus tortas del Casar, sus monumentales construcciones y...


 sus antiquísimas rocas de granito que parecen sembradas en los yermos campos.



Atrás queda la "Extrema dura" por hacer mención al tópico típico, aún a sabiendas de que
"tópico típico" también es un típico tópico. Pero Extremadura encierra tesoros de
valor inconmensurable tanto naturales como históricos y por estos últimos,
mereció la pena hacer una paradita más abajo, en la ciudad capital de la región.



Nos referimos a una ciudad que mira a Roma cara a cara y 
que bien merece una entrada aparte.
Ni más ni menos que Augusta Emérita. Desde ella partieron hacia Benaocaz una
representación de su legión romana perfectamente pertrechada y que ya pudimos admirar
cuando bajaron a Ocurrris por la calzada.




Parece que este cocinero nos está diciendo:
"¡Que! ¡Ya de vuelta por Andalucía...! ¿No?"
Cuando paramos para un cafelito en la venta del camino,
¡bueno! ¡mejor dicho! en el área de servicio (que el otro noménclator ya es arcaico),
 a nuestro paso por El Ronquillo.



¡Pues sí! Hemos vuelto al calor perpetuo del verano andaluz pero por ser nuestra tierra,
 la queremos como es. ¡Qué pronto pasa la semanita de permiso!

Viajar es necesario para el equilibrio psíquico, al igual que disfrutar de la playa.
Pero todo lo bueno acaba y si comenzamos sonrientes las vacaciones...




así se nos queda la carita cuando acaban.
¡Habrá pronto que dar la bienvenida al otoño!
¡Qué le vamos a hacer!


(Si quieres saber qué pasó en la primera parte, pincha aquí)

(Si quieres saber qué pasó en la segunda parte, pincha aquí)



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1 comentario:

  1. La puerta grande estaba cerrada... y ese fue el primer impacto, pero fuísteis recibidos, de especial manera

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