II Concurso de pintura rápida. Las obras

Ayer dejamos las obras del II Concurso de pintura rápida, Villa de Ubrique,

expuestas en La Plaza. Un nutrido grupo de curiosos admiradores pululaban

en derredor de las bien plantadas pinceladas. Las había para todos los gustos y

obviamente de todos los colores. Entre los ochenta y cinco trabajos realizados,

sólo nueve tendrían premio. De ello se encargaría el selecto jurado nombrado

a tal fin y que estaba deliberando en las estancias de la Casa Grande.  

Durante la mañana, los artistas pintores se habían apostado en los lugares más insospechados.

Pedro Lobato lo había hecho en una azotea de la Plaza, desde donde

realizó esta armoniosa composición.

Ya hablamos del que se colocó en el centro de la Plaza para intentar redondear

la faena. Muy ingenioso y suponemos que ardua tarea.

Es una alegría aprovechar estos eventos para saludarse viejos amigos.

Aquí tenemos al insigne pintor Agüera con nuestro paisano Modesto Barragán, 

"¡el de la tele!".

Y por nombrar a más pintores de Ubrique, esa puerta azul es el número cuatro

 de la calle Guindaleta, el estudio de José Luis López.

La Callejuela de la Cárcel -Consistorio como calle con dos nombres que es. 

Esta obra fue una de las premiadas.

Bajo la obra de arte que es nuestra casa número ocho de la Plaza, otro pintor ubriqueño,

Casiano colocó su inquieto cuadro. Por las veces que voló gracias al incipiente

levante, rebautizó su obra y la nombró, "Viento en Guindaleta".

El artista que plasmó este bello rincón de la bajada de la calle Saucos, ni que decir

tiene el amor que siente por este arte y cuya pasión inculca paciente a su prole.

La calle San Gregorio, una de las pocas "santas" del casco antiguo.

Desde la calle Caracol tenemos esta interesante perspectiva de la torre de la iglesia.

Y desde la zona impar del callejón del Norte se nos cae la baba ante la impresionante 

estampa de esta diagonal del San Antonio.

Y desde esa zona (el estudio del pintor Mancilla) reflejaron dicho callejón

a "vista de pájaro".

Otro de los premiados es el que incluso supo plasmar los chorreones 

en la pintura blanca de los escalones de la calle Ladereta.

Otra vista de la callejuela de la Cárcel.

También los solares del casco antiguo estuvieron en el punto de mira de los creadores.

(Calle San Gregorio número dos, junto a la Torre)

Otras quisieron plasmar la sencillez de algún objeto cotidiano,
 colocado con vista al final de la calle Villaluenga.

De este rinconcito pondremos el nombre después, 
cuando dando un paseo por nuestras callejuelas, logremos identificarlo
como la buganvilla del callejón del Norte -gracias al comentarista.

Esta panorámica parece extraída de una obra de Mingote.
 ¡Como de cuento de hadas!

Y si entendiéramos de estilos pictóricos,
 diríamos que ésta es una obra "tal y tal" que intenta captar

con sus pinceladas la "tal más cual" en un alarde pictórico de "esto y lo otro", 

pero como no entendemos, sólo diremos que es un cuadro muy original, con una técnica diferente 
a los demás, y su autor sabe que es tan diferente que no suele ser del agrado de los 
jurados, pero aún así participa por el gusto de pintar en nuestro pueblo y con sus amigos.

Concluyendo nuestro paseo artístico por el trabajo realizado y sin movernos 

de la Plaza en esta muestra de las obras del concurso, llegamos hasta

uno de los rincones longevos ubriqueños que aún quedan vírgenes: El Rodezno.

En este caso por ejemplo, el artista ha plasmado prácticamente hiperrealista

 el aspecto del molino haciéndolo más parecido a cuando estaba Antonio el de Arcos, 

el último molinero allá por el final de la década de los sesenta.

Este otro artista sí supo plasmar en su pintura la realidad del complejo Rodezno

sobre todo por la visita frecuente de canes a la zona para hacer lo que hacen los perritos

cuando los dejan allí sus dueños, únicos responsables.

Y en el Rodezno también están las ruinas de este primer premio del concurso

pero visto desde la pila de la Parra, donde se colocó Rafael Domínguez.

Ni que decir tiene que supo reflejar en pintura el edificio emblemático e
 histórico que es nuestro Convento de Capuchinos.

Este otro premiado que parece magníficamente "manchado" recoge 

parte del casco antiguo (San Francisco, Nacimiento, Cornicabra, Libertad, Sevilla...)

resaltando en primer plano el depósito de agua de Herrera Oria, por debajo de la Parra.

Nuestro paseo idílico nos lleva de nuevo a la Plaza, pero antes pasaremos

por delante de la puerta de donde salieron los recién casados...

aunque cada vez haya más matrimonios por lo civil.

En la Plaza hubo un nutrido grupo de artistas y se desarrollaron distintos cuadros.

Uno de ellos, típicamente clásico como esta estampa del Ayuntamiento con su Pila.

Otro (de los premiados), más modernista realizado con un ingenio increible...

y este otro que es una obra que parece que nunca va a realizarse.

 Los tiempos han cambiado y como "anda la burra" con la crisis, 
parece que tendremos "cuadro para rato", en la misma Plaza.

Lo que sí está claro es que ninguna de ésas motos es la nuestra.

¡Ah! Y el coche no debería estar ahí... Hay una señal de sólo motos.

Y como el recorrido por nuestro casco histórico resultó agotador en un día 

de sol calentito que menos que refrescarnos en los ficticios caños de 

la pila de la Plaza a los que la artista ya le dibujó los chorros de la afamada

agüita de Ubrique.

(Queremos añadir y no somos solos los que pensamos que inmerecidamente esta maravilla

no fue de las premiadas. Creemos que hay que ser de Ubrique para entender

realmente el significado y realismo de esta obra.

La Pila de la Plaza es el rincón más típico y visitado de nuestro pueblo

por eso, Ubrique en verde le otorga "mención honorífica" a la artista y su obra.

¡Enhorabuena!)

Ya sólo nos queda dar un repaso a los premios pero eso será otro día.

¡Qué le vamos a hacer!

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