El sábado de la pasada semana y con otra de retraso por la lluvia,
se desarrolló con el éxito esperado,
se desarrolló con el éxito esperado,
el que completa la docena de las ediciones del Belén Viviente de nuestro pueblo.
Los preparativos comenzaron con la incertidumbre
de saber si iba a haber mula y buey...
y con la incógnita de la procedencia de los Reyes Magos...
si de Oriente o de los tartessos andaluces.
Para que se celebrara el "viviente" por la noche, había que prepararlo. Desde tempranito
muchos voluntarios de todo Ubrique fueron aportando su granito de arena para que...
todo fuera tomando forma. Una vez más, la Plaza de la Verdura y parte del casco antiguo
serían testigos de la celebración de otra importante efeméride local y todo
ante la atenta supervisión de algunos vecinos.
Sin coches, la Verdura muestra su real amplitud.
Desde la Peña Flamenca (peña bilíngüe)...
hasta el Cuartel Viejo, los tenderetes van adquiriendo protagonismo. Los beneficios obtenidos
a posteriori se destinarán como siempre, a una noble y justa causa.
Los pebeteros con sus teas esperaban impacientes la cuenta atrás.
"Restos arqueológicos" esperaban junto al pozo, la hora de ser ordenados y ubicados...
(el pozo que por pura casualidad, se instaló en la calle Pozuelo).
Rostros conocidos de colaboradores de siempre, arrimando el hombro y mirando
de vez en vez hacia el rinconcito de Guindaleta donde iba a estar
el vinito dulce y los altramuces.
No debía faltar ni un solo detalle por eso junto a la Cruz de la calle Guindaleta
se montó el huerto con sus lechugas y "colifroles" (como decían los chinos).
Como todo Portal que se precie no pueden faltar los lantiscos. Aquí en la calle Fuentezuela,
comúnmente llamado el Culito, se esmeraban con ellos en la decoración.
No podían existir elementos discordantes, así que hasta las papeleras fueron camufladas.
Los pinchitos "hebreos" y la cervecita se ofrecerían aquí, en el arranque de la calle Saúcos
(por encima de donde amarraba el mulo el abuelo de Carriles).
La Plaza de la Verdura, Madera, Pozuelo, Fuentezuela, Guindaleta, Saucos, San Gregorio y
Caracol son los nombres típicos ubriqueños que acogerán en sus entrañables recobecos
las escenas del Belén Viviente, siendo el punto central...
el Nacimiento, ubicado en la clásica arcada de Saucos.
Tampoco faltaría un buen vinito en la Posada instalada
en una de las más vetustas viviendas ubriqueñas.
Abajo de la calle Caracol, donde vivía Vicente Carnaval,
se preparaban los trabajos de cestería del talabartero.
La fragua en la calle San Gregorio
(y menos mal porque si la llegan a poner en la calle Herrería como
toponímia más apropiada, les hubiera quedado un poquito lejos)...
(y menos mal porque si la llegan a poner en la calle Herrería como
toponímia más apropiada, les hubiera quedado un poquito lejos)...
Las sandalias de la época en el rincón donde estaba la parra gigante de la calle Caracol.
Y algo más arriba...
la licorería, donde podríamos tomar unos chupitos recostados sobre
alfombras y almohadones, muy oriental por cierto.
Y junto a la barra de la Plaza de la Verdura, quedaría emplazado el horno para las barras.
Es el mismo horno que utilizara Mariquita la del Capataz cuando montaba el Belén
en la Plaza, hace ya más de una década.
La hora hache del día de, se acercaba. Las vendedoras de piruletas artesanales
aprovechaban la afluencia infantil para ir sumando solidaridad.
Al cerdo de la carnicería, le llegó su San Martín (como en el refrán) a pesar
de ser una cultura hebrea la de Belén. Jalufo, jalufo...
La veterana escribana, por la que no pasan los años, ya está aderezada para
llevar a buen término su misión de escribir documentos cual hiciera antaño
nuestro entrañable Robustiano.
Las teas se prenden. El Belén Viviente de Ubrique en este año dos mil doce...
con este simple gesto, queda inaugurado.
.
"SE ARMÓ EL BELÉN". Desde el respeto del que le invaden continuamente dudas sobre la religión y existencia de un ente superior que protagoniza la novela del mundo, he de decir que ciertas tradiciones teistas son aprovechadas por el hombre simplemente por su caracter festivo, sin tener en cuenta el fin religioso/espiritual que intrínsecamente conllevan.Estas tradiciones son la escusa perfecta para ahondar en el mal humano y en el desenfreno de todo tipo (Fiesta del Rocío,incluyendo sus varias rayas en el camino), (Asesinatos de monjes budistas acusados de falso secesionismo), (Abusos y discriminación sobre las mujeres musulmanas),(Violación de mujeres por miembros de castas superiores induistas), (.......), ¿DÓNDE ESTÁN LOS DIOSES QUE NO VEN TODO ESTO?
ResponderEliminarClame, pero... cálmese, doctor
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