sábado, 15 de diciembre de 2012

El Marrufo

Hay temas aún inconclusos en la historia de nuestra región, de nuestro pueblo.
Además tenemos monumentos en Ubrique que aún están incompletos.
Les falta o les sobra algo, según se mire.
¿Que relación tienen estas dos premisas que inician la entrada?



Este verano, mientras los caños del nacimiento del Benalfil descansaban
de su única tarea que es soltar agua cuando llueve, saltó a los medios
 locales la noticia de las exhumaciones de fusilados en la guerra civil
en el Marrufo. Fuimos invitados y aceptamos la invitación.  Podemos afirmar
que no llevábamos ideas preconcebidas de lo que nos íbamos a encontrar.



El Marrufo está en la carretera de Ubrique a Alcalá de los Gazules antes de llegar
al puerto de Galis (Puertogali, como decimos por acá). Es una linda carretera
del Terciario de la cual casi podríamos asegurar que su impacto medioambiental es mínimo.



Desde pequeños hemos deambulado por ella pero siempre temiéndole a las fatiguitas
por las curvas. El camino transcurre por el imprescindible terreno llamado Parque
de los Alcornocales, entre exhuberante vegetación y formaciones areniscas de ensueño.



Cuando llegamos al Marrufo, nos volvió a llamar la atención su ermita que 
denota la vida que pululaba antaño en el lugar.
¿Cuantas veces habremos venido por estos lares en busca de la Madre Naturaleza...?
Pero nunca pudimos ni imaginar lo que aquí se encerraba...



por la cancela junto a la entrada principal...



y señalado con un humilde cartelito, accedemos a un carril que baja por los campos...



dejando atrás la hacienda y todas sus estancias...



incluídas unas naves hermanas que sirven para el almacenaje de aperos y enseres.



Algo más adelante, carril abajo...



dimos con la intersección... Una vereda bien hoyada que manifesta el continuo tránsito
de los últimos días, marcado con una explicación escrita...



clara como el agua.
No podemos negar que nos albergaba una profunda emoción.



Cuando en la tele hablan de la recuperación de la memoria histórica, somos muchos
los que estamos de acuerdo con ella. La cuestión es bien fácil: si para estudiar la historia
de la Humanidad son imprescindibles las excavaciones arqueológicas...
Idem de lo mismo para poder sacar a la luz y los taquígrafos ese tremendo episodio
de la reciente historia española (setenta años no es nada) y de camino
"poner una tirita" en el dolor aún latente de tantas y tantas personas.




La zona de trabajos estaba equipada profesionalmente, tanto en medios como
en especialistas. Aquel promontorio del Marrufo alberga en su interior bajo pistas de piedra
los restos de la barbarie ignominiosa de unas personas contra otras.



Y organizando la intendencia había descendientes de masacrados con tanta impunidad.
Fernando nos atendió con gentileza y profesionalidad, ofreciéndonos todos los detalles
de la campaña, en el periódico de Ubrique que él administra con tanto acierto.



Incluso nos indicó el perímetro señalado  para su análisis con el 
geo-radar que vendría desde Granada. Después de agradecer la atención, marchamos...



camino de vuelta y al ver de nuevo las naves de la finca, resonó en nuestros oídos
 la frase recién escuchada... "Ahí tenían encerrados en condiciones infrahumanas, a los trescientos que después iban a ser abatidos por fusilamiento o tiro de gracia en la sien".
(Sólo pudieron ser localizados veintiocho para darle digna sepultura en la Sauceda)



Desde aquel día, cuando veamos su silueta, el Marrufo ya no será lo que era y 
su magia encantadora pasará a ser el amargo y desgarrado recuerdo de otro tiempo.



Pero eso no cambiará la majestuosidad del paisaje...



con su famosa y única recta, la de los Corcitos, entre...



brezos y madroños (como el del Rodezno)...



y árboles cuya perseveración se hace imprescindible en el planeta que es nuestra Casa.



Merecece la pena pasar al menos una vez en la vida por este increíble reducto.
Mejor será pensar en la belleza de la Madre que subyuga el espíritu para tratar de
 distraer a la mente de las imágenes del horror que
 tuvieron que sentir en sus carnes aquellos seres.
Los humanos somos los únicos capaces de infringir muerte con saña y alevosía,
a nuestros semejantes. No hay justificación para ese hecho.




Poco a poco vamos dejando atrás el Parque Natural de los Alcornoques...
Este madroño nos dice... "¡Volved cuanto antes! ¡Todo el mundo pasa y nadie se queda!
¡Algunos sobre dos ruedas vuelan por el plano gris que esparcisteis! 
¡Van haciendo Brrrooommm, y se pierden...!"




No sabemos por qué será pero la vuelta se aprecia más rápida que la ida pero ello
no implica que no podamos admirar los secretos del camino como en este caso...
el arte de los picapedreros.



Hay quien dice que estas carreteras las hicieron prisioneros de la guerra...



que se dejaron la piel y el cuerpo en la tarea...



dejando su vida oculta e integrada bajo el manto que acuna la arboleda.
Que no falten medios para intentar dignificar esa "memoria" porque...



¡Sólo la Madre sabe cuantas criaturas albergan estos parajes, víctimas de lo que
ahora ni nunca entenderemos las personas normales!
¡Habría que borrar toda huella que quede y recuerde aquel episodio!
Ya hay mucho camino recorrido pero aún queda.



Menos mal que en Ubrique se eliminaron todos (¿todos?) los vestigios de los sublevados.
Cada invierno, cuando llueve, los Nueve Caños lloran en memoria de los inocentes.
La Madre así lo quiere e hizo el ciclo del agua, natural.
 Lo que no es natural...



es que todavía quede en la fachada de la fuente, esta piedra de mármol rosa autóctono 
grabado con el recuerdo del horror. 
A ver que solución emana de la jerarquía para subsanar el entuerto.



porque algunos monumentos en Ubrique y cada vez más, siguen estando incompletos.



.

2 comentarios:

  1. Tremendo reportaje por su belleza paisajística y por su crudeza humanística. El seudociéntifico abandona momentáneamente su saber racional y se dedica a la poesía. Os dejo esta estrofa.


    El dolor del inocente que tras balas sin nombre
    cierra los ojos para no ver la muerte,
    apoyado sobre un muro espera el horror del hombre
    y el gatillo fusilado será su suerte.

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  2. Con el tiro de gracia descansaron en guerra
    Los que tuvieron esa triste muerte.
    Los que no murieron, esperaron siempre
    Que esa misma muerte llamara a la puerta.

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