miércoles, 23 de octubre de 2013

Carteles para pensar VI. Comunidades

La convivencia es una cuestión que atrae sobremanera al sentir de Ubrique en verde.
Por eso vamos a hacer una entrega especial sobre este tema y
sobre las brillantes ideas que surgen para la mejora de la misma,
por parte de personas que les duele ver como se pisan o
vulneran los derechos de los convecinos y propios.
Y como no, con el "monotipo" que siempre encabeza las colecciones de mensajes
 que vieron la luz en este humilde blog con el título de "carteles para pensar I".
Nadie se ofenda si localiza el que se exhibe en su bloque o casa,
todos mantendrán el anonimato por supuesto.
No tratamos de evidenciar ni menoscabar a nada ni a nadie.
Sólo decir que pensar en los demás nos puede hacer la inevitable convivencia
más civilizada y lógicamente, menos anuncios de protestas desesperadas y avisos, habría.



Hablando de avisos...
 Este si que es conciso y profesional.



Éste, algo más escueto, nos recuerda a un célebre cantautor catalán...
-"¡Niño deja ya de joder con la pelota que eso no se dice,
 que eso no se hace, que eso no se toca...!"
¿Será preferible que la infancia juegue quietecita a la maquinita?
Sea como fuere, se puede decir que son "cosas de niños".



Dentro de los carteles para pensar en la convivencia, existen muchos de los llamados
"imperativos"-que ya los estuvimos viendo en la edición anterior.
De entre ellos, algunos por saludable y lógica premisa, ya es hora de ahorrárselos.
Y a la hora de arrojar la colilla habría que tener en cuenta el alto poder contaminante...



de la misma y el daño irreversible que se le imprime al ecosistema con el "simple algodoncito".




Es común ver avisos en las puertas de las casas para anunciar a los comerciantes
callejeros, los deseos personales. Como por ejemplo aquel famoso...
-"¡Pepe, hoy no quiero pan!"




Hay otros más pretenciosos que no dudan en alardear de escalinatas de lujo,
para el uso de los lectores de Ullastres y que por ahí se llamarán de otra manera.
Y hablando de luz, podemos encontrar...



desesperados mensajes en el tablón de anuncios, literalmente hablando,
por falta de medios fungibles, como el papel 
y destinados al electricista que vive en el primero B.
Es, como una indirecta.



Como desesperado y harto, está también el fontanero que
 por su grafía, se denota que es de clara ascendencia Sioux...
-"¡No tocar si no saber!"



La desesperación nos lleva a avisar a los demás de
 nuestras particularidades personales e...




intransferibles y el derecho a que sea respetada nuestra propia libertad.
No es conveniente en este caso que dejemos entre rejas a las personas.



¡Por un lógico y aplastante sentido común!



Pero muchas veces nuestra actuación es de ignorancia supina y
 nos pasamos por la misma -por la "supina"- los avisos que rezuman nítida claridad.




Sin embargo la respuesta puede ser también de la misma índole.
No pueden darnos igual las cosas.
Si toca, toca. 
No debemos claudicar y que nuestras responsabilidades... 



las acometan los otros.
Es tarea de todos colaborar para mejorar...




la convivencia en las comunidades.



Y es que hay casos y ascos. Carteles que dan mucho que pensar y...




que cuentan con la solidaridad vecinal -al menos con la del tercero A.
Pero los problemas aumentan, si cabe, en las comunidades,
 cuando se actúa de forma irresponsable con las propias mascotas.




Y es que las zonas comunes de donde vivimos; donde pasamos y pisamos,
 deben respetarse. La primigenia de las razones nos dice que...



Y no sólo eso, sino que...





¡Conchiles!
 ¡Qué hay que decirlo todo!
 ¡Qué no caemos en la cuenta de nada!
-"¡Y haced el favor de cerrar la maldita puerta...!"



-"¡Además, hacer el favor de no tirar nada... ¿por detrás?"




-"¡Ah! ¡Qué era por eso!"
Pero no son los roedores la única justificación para mantener la puerta cerrada.
Hay un bloque en particular que es poseedor se serios problemas con la fauna...



Con tanto bicho suelto y tanta armonía, se parece lógicamente, a la casa de la Pradera.
-"¿Queréis hacer el favor de cerrar esas puertas...? ¡De una vez!"



Con tanto chorizo suelto, vamos a tener que contratar los servicios
 de un buen abogado o gestor especializado
 para la elaboración de nuestros carteles avisadores.
Algunas comunidades lo han hecho y ya tienen
 en la presidencia, personas con una muy buena formación...



 Si es que hemos podido terminar de leer esta acongojante misiva,
 tendremos en nuestras mentes, la imperiosa necesidad de cerrar bien las puertas,
 intentando a la vez dominar el pánico.
 Para terminar añadiremos por enésima vez y por nuestra seguridad, eso de...
--"¡Cerrad bien la puerta pero no obstante...



¡Vaya a ser que despertemos a los bebés, a los trasnochadores o
 a algún que otro lector de la luz!
Sin embargo, no creamos que hemos terminado
con las entradas de este humilde blog,
 ¡no!
Por el momento lo dejamos en ésta pero...



Podemos considerarlo como una "amenaza" de Ubrique en verde.
 Mientras, podemos seguir manteniendo bien cerradas nuestras puertas.
Y eso que los japoneses en su magna sabiduría, dicen que...
 "La puerta mejor cerrada es aquella que puede quedarse abierta"



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