miércoles, 27 de noviembre de 2013

El arroyo de la Carihuela

El topónimo Carihuela tiene dos acepciones aparte de ser un barrio de Torremolinos.
 Por un lado se refiere a una planta trepadora del género "Convolvulus".
 Y por otro, creyendo por nuestra parte que es el más acertado para el título
 protagonista de hoy, significa "camino estrecho y zigzagueante sobre laderas escarpadas".
Viendo desde el cerro Mulera el curso del arroyo de la Carihuela se comprende el acierto
de aquel ancestro que antaño le endosó el curioso nombre a la correntía que recoge aguas
 entre el Torero y la Silla Baja, uniéndolas al arroyo de los Cidrones, más abajo, dejando
 a un lado el peñón de Caro, uno de los peñones de Ubrique (ver "El niño del Peñón").



Aguas que afloran en distintas cotas como la fuente del Sabio, en esta imagen
 tomada en verano y que no obstante, aunque sin agua, sirvió para ilustrar una más
 para el catálogo de Manantiales y Fuentes de Andalucía con el que hemos colaborado
 y logrado para Ubrique la certificación de "Villa de las Cien Fuentes".



El motivo de la incursión (sin ir más lejos) de la presente entrada de este humilde blog,
 no es otro, como no, que la localización entre tanta espesura de una nueva fuente,
la de las Adelfas, gracias a la información aportada por nuestros colaboradores...



informadores sin los que hubiera sido imposible realizar la magna empresa
 de encontrar y catalogar esta ingente parte del patrimonio, por nuestra parte.
Las pistas aportadas eran claras...



-"¡Siguiendo la vereda adelante desde el Vaquerito, 
una vez cruzando por la angarilla del arroyo de la Carihuela,
a un tiro de piedra, en lo que son las laderas de Pavo, 
está la fuente de las Adelfas!".
Con exactas apreciaciones es bien fácil dar con el objetivo.



¡Pero no! ¡Nos pasamos! ¡Nos la dejamos atrás!
Habíamos recorrido las laderas de Pavo, hasta un claro por debajo de la Silla Baja,
 donde se nota una cierta actividad ganadera...



y por las apariencias...



la estancia, el antiguo chozo, parecía estar abandonado.



Y aunque aún se aprecian los intentos por mantener en pie el lugar donde,
según todas las opiniones, se nota que antaño fue un fructífero nido de vida natural...



pero que aquellas épocas tan pegadas a la Madre, habían pasado a "mejor vida".



No hace falta tener mucha imaginación para comprobar la buena situación
del estratégico enclave, con la Cruz del Tajo, del ocultado Ubrique, allá al fondo.



Tenemos que volver por la vereda atrás y justamente bajo la vaguada
 que une las dos montañas, se abre un claro donde podemos ver nítido...



a las "Nerium Oleander" que andábamos buscando y que marcan el enclave de...



La fuente de las Adelfas.



Es un sencillo y coqueto manantial sin ningún tipo de aditivo artificial, oculto entre la maleza.
Gracias al agua, crecen alrededor las lógicas adelfas. Seguramente volaron las semillas de
la peculiar planta desde el cercano arroyo. Ahora vamos a dirigirnos a él.
 Ya están tomadas las imágenes que servirán para ilustrar la ficha del catálogo.  



Salimos de nuevo al claro, intentando memorizar la situación de la vena de agua
por si algún día caluroso nos hiciera falta. Marcha atrás...



llegamos al descarnado arroyito y empezamos a repechar por las piedras de su curso.



La Carihuela recoge el agua lloviza y va haciéndola saltar de una a otra piedra curso abajo.
Su cauce depende del índice pluviométrico pero eso no es óbice...



para que forme una especie de bosquecillo en galería atravesado por puentes naturales.



Es tan coqueto y encantador que parece que en cualquier
 momento va a salir un duende o un elfo de cualquier recodo.



El arroyo sigue su zigzagueante curso abajo buscando el charco Mariana...



mientras nosotros nos disponemos a abandonar agachados la espesura para...



concluir con el retorno a la realidad, volviendo a pasar por las ruinas del rancho del Vaquerito.



Una indispensable mirada atrás ubica en un rinconcito recóndito de nuestra mente,
 el regustillo de la aventura de hoy que ha sido de provecho a nuestros acuosos propósitos.



Le decimos adiós, hasta otra época más blanca y florida, al vetusto almendro del caserío.
Pero también nos despedimos de otro ser imaginario que habita en la zona. 
No sólo en la sierra, por encima de nuestro querido pueblo, 
"viven" los "Dragones de piedra".



Aquí nos podemos encontrar con el fantástico e increíble
"Ornitorroqueiro Rocarihuelus"
que se yergue vigoroso por entre la foresta,
acechando a sus posibles y vegetales presas.
Marchando cuesta abajo por las bien señaladas veredas, vemos... 


como más tarde a más temprano, todas las aguas turbulentas 
se remansan momentáneamente a su llegada al pantano de los Hurones.
¡Todo un lujo para la vista!
Como nos gusta reciclar y no desechar nada, vamos a concluir...



la entrega que nos ha ocupado hoy con esta otra panorámica
 del arroyo de la Carihuela desde el cerro Mulera,
diciendo que merece la pena salir e investigar el medio que nos rodea.
Conocerlo es la única manera posible de amarlo y respetarlo.



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4 comentarios:

  1. La lección de hoy ha sido muy fructífera. Qué bonito, Manuel.

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    1. Gracias Juana. Sí podemos añadirle a tu bienvenido e indispensable para la ilusión de este tu blog, comentario, es que la auténtica maestra es nuestra gran madre Natura. Ella es la que nos enseña la grandeza de lo simple. Saludos.

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  2. En una ocasión busqué el significado de escarihuela, por la ermita de la Escarihuela en Montejaque, y efectivamente está al final del camino zigzageante y serpenteante.

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  3. Buen apunte Pedro. Habrá que ir a la ermita de la Escarihuela. Gracias y saludos.

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