domingo, 1 de diciembre de 2013

El Rescate de Montaña y la fortuna.

La partida en busca de nuevas imágenes, en esta ocasión sin rumbo fijo,
 es habitual en Ubrique en verde.
Aquella mañana vimos el panorama que nos ofrecía "el balcón del tiempo".
Así que bajo un bello cielo nuboso, salimos a la captura de
 esa mejor fotografía para este humilde blog que aún no hemos hecho.
Hubiera sido preferible no poder salir por intensas lluvias,
 vamos, lo que se dice un día de perros
 pero por desgracia, este otoño no está por llover. 



Subimos hacia el "portal" del Caldereto; ojo avizor hacia lo llamativo,
 como esta estrecha escalinata -no apta para personas gruesas-
que une dos de las intrincadas callejuelas del barrio.
Pasamos por debajo del Calvario de Ubrique,
 por la calle más alta de nuestro querido pueblo.



Pudimos ver que nuestros amigos bomberos tenían el llamativo coche en el Carril,
en uno de esos necesarios "aparcamientos", arrancados a la dura roca
para facilitar la vida de los habitantes de los barrios altos. 



Obtuvimos esta particular vista general del pueblo desde la calle Calvario;
con el Torero (con sus faldas) y la Silla Baja a su derecha
 -ambas montañas  detrás del cerro de los Olivares.
Volviendo la mirada hacia la subida al Ubrique el Alto
como si se tratase de un atrayente imán. Nos asalta una perentoria necesidad.
¡El urgente deseo sólo, de subir a la entrada de la sierra aunque fuera un momento!
¡Y nada más...!
En sólo cuestión de minutos desde donde nos encontramos...



nos hemos encaramado en la Era del Ubrique el Alto, esa auténtica era de trillar
-tan cacareada en otras entregas- por debajo de la antigua ciudadela de Umrica.
Desde aquí se divisa a la perfección la parte trasera de...



la Cruz del Tajo que es el emblema natural por excelencia de Ubrique.
Con esa curiosidad innata que nos caracteriza, el movimiento nos llama la atención.



Sobre la "piedra gorda" de la cabreriza de la Era, las pacíficas
y nobles cabrillas están nerviosas esperando al pastor que las aderece.
Con una simple mirada a la izquierda vemos que hay unas personas...



que se disponen a afrontar el último tramo de la ascensión a la Cruz del Tajo.
Algo nos atrae en particular... 
¡No es frecuente ver a la gente subir a la Cruz en grupos uniformados!
 Entonces pudimos atar los cabos.



El coche en el Carril, las mochilas, el traje azul y los cascos amarillos...
¡No hay duda!
El azar o la casualidad que no es lo mismo pero es igual...
 la fortuna más propiamente dicha, nos hace partícipes de las maniobras de entrenamiento
del famoso y eficiente Grupo de Rescate de Montaña de los Bomberos de Ubrique,
integrado por fornidos caballeros dispuestos a arriesgar su vida por salvar la nuestra.



Perfectamente pertrechados, la profesional cuerda humana comienza a repechar la escarpada.
Es por ahí por donde hay que subir... por el ancestral camino lógico hacia la cumbre.



Ubrique en verde está siendo testigo en directo de la necesaria
 puesta a punto de los Rescatadores. Cientos de actuaciones meritorias,
 avalan los procedimientos y los resultados favorables de su labor.
Podríamos haber dado una voz para saludarlos pero no era conveniente.  



Es de encomiar la destreza de nuestros amigos mientras
 se afianzan a las fisuras que ofrece la roca caliza.
 Lástima que desde aquí no podamos distinguir quienes son personalmente.
Mientras ellos continuaban su entrenamiento con nuestra atenta mirada
hacia sus progresos, unos cencerros sonaron bien cerca.



Por la Era arriba y seguido de su perro ayudante, venía la persona que
 estaban esperando impacientes, las cabras asentadas en la "piedra gorda".



El pastor sujetaba en la mano los utensilios que producen ese sonido familiar y
ya acomodado en el oído interno de los amantes del medio natural serrano,
como si se tratara de un GPS ancestral para la localización del ganado en la montaña.



No podía faltar, porque no hay rebaño en la sierra que se precie,
 que no sea mágicamente guiado por la destreza y habilidad del  genuino de Ubrique;
el perro pastor por excelencia; el lanudo perro turco también llamado perro de agua.
Nos vamos tras el formidable trío y llegamos al llano de la Era,
 donde está el rústico altar que modeló sobre una roca, María la Platera.



Fuimos pasivamente recibidos por un antiguo amigo de este humilde blog,
al que conocimos cuando subimos a encontrarnos con "el Magnánimo Dragonus".



Incidimos en "recibimiento pasivo" porque ni se inmutó cuando nos vio. 
No obstante, su compañero de acarreos, fatigas y júbilos que
estaba mirando hacia el resultado de la promesa de María,
 sí que giró la cabeza levemente cuando se percató de nuestra presencia
pero con una mirada tan incrédula que parecía decirnos...
-"¡Ya está aquí otra vez el pesado de siempre con la camarita!"
A la vez que meditamos con tales conjeturas, por la rima,
nuestra vista ascendía hacia las alturas...



para verificar los progresos del activo Grupo del que hemos tenido
 la fortuna de "pillar" en plena tarea. Tirando nuevamente del zoom...



nos cercioramos de que habían alcanzado la cota prevista inicialmente.
Una vez llegados allí -Ubrique a sus pies en espectacular panorámica
que hay que subir para saborearla- nos hubiera gustado saber
 cuales iban a ser sus siguientes pasos. El caso es que...



igualmente hubiéramos querido subir con ellos como es lógico
 pero asuntos ajenos a nuestra voluntad nos lo impedían.
Sólo nos quedaba la esperanza de tener la fortuna de nuevo
de verlos desde alguno de los rincones escondidos -y no tanto- del pueblo...



En consecuencia, volvimos con premura para recorrer algunas de las calles
 desde las que se puede ver la verticalidad de la pared de nuestro Tajo. 
¡A ver si tenemos suerte y la fortuna nos sigue sonriendo!



Primera parada visual...
En el Calvario Alto, justo delante de la base de la Cruz pero la perspectiva
además de los necesarios y antiestéticos cables nos impiden ver los cascos amarillos.



Corre que te corre, miramos hacia arriba desde abajo de la calle Peral,
pero quedamos doblemente contrariados. Por un lado no vimos la continuidad
 del entrenamiento de los salvadores de montaña y por otro, pudimos comprobar
que la calle Peral comienza con un naranjo agrio, inexplicablemente.



Corre que te pillo, no los pillamos tampoco desde Tres Calles.
¡A ver si hay más suerte buscando en el tajo con cierta libertad!



Pero desde la calle Libertad, por la perpendicular calle Tajo
 -que no se llama así por el río pues estaría entonces por encima del Tren, con las demás-
 no vemos tampoco a nuestros amigos bomberos descendiendo o ascendiendo.



La Libertad se acaba y mirando desde la cancela del depósito de la Cornicabra...
¡También, tampoco!



Ni siquiera desde la perspectiva del abandonado Rodezno,
 donde se encuentra "el rincón más bonito de Ubrique".
No hay forma de localizar el Grupo de Rescate 085.
¿Por dónde habrán cogido?
(En el pasado siglo, hubo en Ubrique otro Grupo de Rescate, el 208,
 pero se dedicaba a descubrir la historia en los restos arqueológicos
y no a excursionistas accidentados; eso sí, ambos por la sierra de Cádiz).
Algo desilusionados nos dirigimos al lugar de nuestro querido pueblo
desde donde más veces se ha mirado hacia la Cruz del Tajo.



Igualmente desde la Plaza con el San Antonio en primer plano, lo único que podemos
ver de color amarillo como sus cascos, es la bandera que
 manos anónimas colocaron en el Huerto del Tabaco
por aquello de las cosas del fútbol.
No sabemos si nuestros amigos actuaron con tan singular presteza que
 desaparecieron ipso facto u optaron por otra ruta oculta a la vista desde aquí abajo;
eso sólo lo pueden decir ellos, si lo desean, en un anhelado comentario al final de esta entrada.



-"¡Señores excursionistas amantes del senderismo y
 la vida pegada a la Gran Madre Tierra,
podéis venir tranquilos a nuestros lares que
 si la mala fortuna os acompañase y sufrieseis algún desafortunado percance,
 prontamente estaréis en manos de auténticos profesionales
del Rescate de Montaña, los de Ubrique, a mucha honra!". 



Habían desaparecido a nuestros ojos. Cada vez que pasemos
por cualquiera de las hermosas callejuelas del querido pueblo
 desde las que se vea la Cruz del Tajo, no podremos olvidarlos. 
Pero pasa que aunque no los veamos, 
sabemos que siempre estarán ahí preparados para 
cualquier eventualidad en la hermosa montaña del parque de Grazalema 
o donde haga falta. Por supuesto en la particular sierra de Ubrique; el paraíso natural,
donde podemos presumir de ellos y decir a plena voz que es una...



 fortuna contar aquí mismo, con el cuerpo de élite del salvamento, el GRM 085.
O lo que es lo mismo, el extraordinario Grupo de Rescate de Montaña.
¡Gracias amigos! ¡Ah!
 ¡Y ojalá que tengáis poco trabajo! ¡Je!



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