domingo, 14 de octubre de 2012

La Era del Ubrique el Alto

Posiblemente el paseo de hoy sea el más frecuentado por los ubriqueños en sus
"incursiones" serranas. Y decimos paseo porque aún siendo por la sierra, no ofrece
ninguna dificultad en su desarrollo. No resulta una ardua tarea y puede visitarse por
todo tipo de personas.  Es una delicia poder contemplar el anfiteatro natural de hoy.
No tendremos que repechar pues el camino aunque pendiente, parte cómodamente por
 entre las dos construcciones que se ven a la derecha del triángulo que
conforma la Cruz del Tajo y sin tener que pasar por su base 
(donde está la lavadora serrana).



Comenzamos la ruta por un acceso bastante conocido allí arriba en el Carril.



Otra vez más, subiremos las escalinatas que nos llevarán al Ubrique el Alto.



Y otra vez más pasaremos junto a la encina solitaria de esta parte.



¡Y cómo no! Pasando junto a la Mina, sin poder evitar la admiración por la irresistible
presencia de nuestro emblemático Convento y su legendaria palmera...



llegamos a la Era del Ubrique el Alto.



El por qué los antiguos ubriqueños colocaron aquí esta era de trillar,
 nos lo deberían explicar los expertos. Lo cierto y lo fijo es que todo su alrededor
está integrado por rocas y tierra de muy dudosa productividad agrícola.



Lo que sí está claro es que el topónimo Ubrique el Alto es más acertado...
Se notan perfectamente los restos de construcciones en este refugiado enclave
y del cual nos contaba nuestro padre (el maestro don Manuel Cabello) que aquí
estaba situado el Ubrique árabe llamado Umrica.



Si seguimos subiendo podemos entrever el camino que discurre 
junto al cauce del nacimiento de agua del mismo nombre -Ubrique el Alto...



hasta llegar a una zona plana situada en el centro de este anfiteatro natural tan visitado
en innumerables avanzadillas vespertinas de la chiburralea ubriqueña para 
zamparse las meriendas.


¿Serán estos los restos de la muralla de la ciudadela mora?

Unos pasos más y llegamos al llano de la Era. Un lugar famoso porque encierra
un pequeño campo para jugar los niños a la pelota.
¡Cuántas veces habremos escuchado lo de "vamos a jugar al fútbol a la Era"!



Las porterías no pueden ser más rústicas y habiendo una pelota es imposible resistirse
 a echar un partidillo pero siempre procurando evitar los obstáculos pétreos
del centro del campo y que se ven mejor...



a vista de pájaro apostado en "la madriguera" que hay junto a 
la cueva de la Vieja y el pie de piedra.
Allí junto al "terreno de juego", se erige una especie de santuario popular...



posiblemente el resultado de una promesa en la idiosincrasia profunda del pueblo llano.



Aprovechando una roca arraigada inmemorialmente junto al llano de la Era, alguien
de primigenia creatividad, erigió no hace mucho la manifestación de sus creencias.



La gran piedra quedó adornada con elementos naturales y otros, no tanto.
Pero demostrando una paciencia directamente proporcional 
al sentimiento intrínseco del artista.



Y manifestando rudimentariamente sus creencias.



Por supuesto que no le avergonzó ni le produjo ninguna inquietud negativa a la autora.




Así que sin saberlo, nos dejó otro atractivo más que añadir a este entrañable 
rinconcito de la sierra de Ubrique...



que está junto (cuando llueve mucho mucho) a las aguas del famoso y susurrante



en el anfiteatro natural del llano de la Era.
Visto desde la salida del Huerto del Tabaco, por encima del Umrica árabe,
cerquita de la cueva del Tío Pepito y por detrás de


.

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