domingo, 18 de junio de 2017

Inventos como salidos del TBO

Los gobernantes de los distintos partidos que pasaron y
 pasan cada cuatro años por nuestra Casa Grande, no fueron ni son carentes de voluntad.
 Eso es una cosa y otra, es que siempre acierten con sus ideas y propuestas.
 Esta entrada no pretende ser un "Ubrique denuncia".
Sólo tiene la intención de pasar un rato divertido y por qué no,
exclamar algún "mirua" autóctono, de paso. 
Porque... ¡Algunas elucubraciones son como inventos salidos del TBO!



Y no vamos a hablar de pésimas infraestructuras que tras interminables años
van siendo solventadas -suponemos que es por cuestiones económicas.



O de las ausentes señalizaciones para minimizar los riesgos que más bien pareció
la nueva avenida del Reciclaje -con esa solución provisional mientras terminaban.



Obras que cuando acaban, son abandonadas por no estar en el circuito turístico.
¡Y mira que la idea fue buena; un paseo junto al curso del arroyo del Garciago!



Ni siquiera versaremos de obras "faraónicas" de portentoso talle que causaron
"división de opiniones" pero que al final todo el mundo se acostumbra.
 No obstante, queremos aprovechar la ocasión...



para denunciar la "desaparición" que ha ido sufriendo nuestro patrimonio...
Como el "santo" de la hornacina extinta del callejón del Santo.
Cuentan que "emigró" a la fuerza, a la villa de Cortes, con la obra.
-"¿Cómo vamos a llamarle ahora a ese rincón de la Torre...?
¿El callejón sin santo?"



cuando junto a la Estrella teníamos una que fue demolida por pura especulación
pocos años antes de ser declarada patrimonio histórico intocable.



Bien podríamos ahora disfrutar de una reconversión,
 del malogrado monumento, como bien cultural.



Más coraje dan los dineros gastados en una plaza de Torturas -que no sirve para nada...



bueno, algunas veces sirve para el fomento de noveles torturadores
de animales inocentes para el gusto de una minoría cada más pequeña
y con participación de dineros públicos, que bien podían ir destinados
a temas más perentorios. Por donde quiera que lo miremos...
¡No encontramos la explicación...!



Tampoco trataremos de buscar explicación del por qué aquella 
entrañable fuente de los pececitos de colores que estaba en la Plaza,
hubo que cambiarla con urgencia por una farola.



Aún perduran las caras de las que manaban los chorrillos por las fauces, de la susodicha...



pero "arrumbiadas" en un sórdido acopio municipal.
-¡No siempre hay que zarandearlo todo...!
-¡Puede que el gusto que gusta el gusto del regidor, no sea del gusto que gusta el ciudadano!
-¡Pero para gustos, colores!



Como ese color blanco níveo que se señala en la cúspide
 del icono de nuestro íntimo peñón de la Becerra.
Incita a una buena excursión con cuerdas, escalas y crampones... 



el tema está en que el peñón de la Becerra, lo blanco níveo lo tiene abajo
y no "escalado" sino encalado con esa blancura que nos caracteriza.
Y hablando de este icono natural...



también lo vemos en otros paneles. Paneles de información...



turística. Un buen invento pero que, como otras veces pasa, no se supervisan
antes de la impresión definitiva y ocurre que a la cruz de la calle Guindaleta...



le llaman placita de la calle Fuentezuela.
¡Por "poné un poné"!



Esos paneles "informativos" -como el que hay en los Callejones -justo al lado
 de la cerámica que fue protagonista de en busca de la cenefa perdida. Es éste,
el gato encerrado lo encontramos en la imagen de la fuente de don Carmelo.



Quienes conocemos bien Ubrique, sabemos a todas luces que éste es el principio de
la calle Libertad, que no es Ladereta -la cual bajaría por los escalones hacia la izquierda.
¡Es arriesgado dar el trabajo a alguien que no conoce y fácil es no supervisar!



-¿Y de este otro invento que nos contamos...?
Parecía que iba a volver el cine en Ubrique cuando montaron en alto
este armario de tres puertas. Se proyectaron -después de mucho tiempo...



bellas imágenes de nuestro querido pueblo junto a atractivos consejos publicitarios.
 Pero lo bello y lo atractivo, duró poco...



y el estandarte inútil y negro, quedó enhiesto "por los años de los años, amén"
tratando de camuflarse entre una multitud de "carteles para pensar".



Y ya que estamos con los carteles. En éste que es un escueto resumen ideográfico
de los monumentos identificativos de nuestro querido pueblo, cabe una pregunta...
-"¿De dónde sacó el artista, que tenemos "dos torres" de la Guardería...?



Otro de los inventos como salidos del TBO es el sistema de numeración de las casas
de algunas calles. Y no nos referimos a cuando hacen recapitulación y recuento...



sino a algunos errores garrafales como ocurre en la calle Torre
-que ya por fin dejó de ser una de las calles con dos nombres.



La calle Torre sube desde la Plaza del San Juan y era antaño la calle principal
desde que el Ubrique el Alto se vino "para abajo". Aquí la vemos venir desde
la primera curva antes del San Antonio. A la izquierda de la imagen corren
los números pares -el dos, el cuatro, el seis,,, para los que no saben qué es par.



Dicho de otro modo...
Subiendo por la Torre, por la derecha corren los números pares.
Ahí empezaría el dos -la casa de la esquina pertenece al San Juan.
Pues cual fue nuestra sorpresa cuando hace algunos años descubrimos
 que a una obra nueva de enfrente, le habían asignado ¡el dos!



¡Sí! ¡Como suena! Por donde supuestamente deben corren los números impares
-el uno, el tres, el cinco... para los que no sepan qué es impar...



Por muchas protestas de los vecinos al ayuntamiento, así se quedó.
La fila de la Torre de los impares... ¡empieza con un dos!



Pero es que más arriba hay una puerta de garaje con un doce...
-"¿Qué? ¿Qué ese es el garaje de Villaluenga, 12? ¡Ah, vale!
Sólo es más arriba cuando empiezan de verdad los impares...



con el número once.



Lo cierto y lo fijo es que mientras no se subsane este invento,
la Torre, nuestra Torre, tendrá dos "doses"...
 ¡El dos par frente al dos "impar"!



Más inventos...
Ahora le toca el turno a las papeleras.
Ese mobiliario urbano que bien instalado nos permite su uso adecuado.
-"Quisiéramos saber cómo se echa un papel en esa papelera...!"



Ese mobiliario urbano que bien usado, ofrece un excelente servicio a la ciudadanía
porque nos permite "desalojar cualquier tipo de objeto" por muy grande que parezca.
Aunque para "eso" ya tenemos un punto limpio en puertas.



Pero el "invento" como salido del TBO, fueron los primeros anclajes
¡Con tirillas de plástico...! ¡"Ultrarresistente..."!



Las cuales se fueron partiendo... ¡Cómo bien manda la lógica!



-¿Y a dónde fueron a parar algunas de las pobres papeleras...?



¡Pues sí...! ¡Hemos visto bien!



Algunas desgraciadamente, terminaron río abajo.
¡Gamberros no nos faltan!



-¿Alguien recuerda aquél tan cacareado proyecto de la carretera de circunvalación?



Que se completaba con un magnífico puente...
¡Aquél que iba a terminar con los lamentables atascos...!



Pues ya nada se habla de él... 
¿Por culpa de Otra de crisis...?
¡A saber...! 



El caso es que el invento del superpuente desde los Olivares
 hasta la carretera de Cortes, quedó suspendido en la nebulosa.
Ya sabemos que "no hay dinero" pero mientras le llega la oportunidad, 
a ese progreso podríamos recuperar parte de nuestro patrimonio.



Por el Naranjal está escondida la solución -no de los trailers-
 sino de los que quieren cortar camino a la vuelta del paseo.



Algunos creemos que restaurando el puente del Naranjal 
-también llamado del Manga- se solucionaría bastante el problema.



Pero para eso habría que "arreglar el arreglo" del camino.



Otro invento que anda todo el día rodando.



Menos mal que algunos tienen curiosas ideas. 
Al menos nos distrae de tanto bache.



Todavía retumba el eco de las piedras que se precipitaron del tajo del Moro
buscando la calle Ronda. Buen invento "provisional para siempre" fue la
instalación de la llamada "Malla Jurásica" que no solamente impide el
paso de los imaginarios "dragones de piedra" -entre ellos el "Tirarrocarius rex"...



sino que es capaz de frenar de golpe la fuerza impetuosa de una piedra... pequeña.
De la mole gris y gigante de la sierra, mejor no hablar. 
Eso si, de nuestra querida sierra podríamos recordar un intento de invento...



que ya poseen otros lugares y que en nuestro querido pueblo quedó pendiente de un hilo.



La verdad  es que un teleférico -como éste de Gibraltar- habría hecho menos daño
 que la "autopista" que sube desde Aguanueva hasta Sierra Baja. 
Un teleférico es como una casa con ventanas,
 colgando entre cables sobre un promontorio. 
Visto desde esa perspectiva bien podemos decir...



que ya contamos con uno.



Que es una casa de verdad, de acuerdo. 
Pero que está en un cerro, pues sí.
Que está como colgada de cables, también.
Así que -con perdón del dueño por la licencia y retocando con un poco de "fotochó"...



¡Aquí está nuestro teleférico...!



Pero que con tanto cable guindando por nuestro paisaje, nos podemos hacer una idea
de cómo resultaría que Ubrique contase con un teleférico...



en el que pudiera subir todo el mundo...



y sin dificultad, a la Cruz del Tajo,
Pero quizá el invento consumado que más impacto causó...



fue perpetrado en un lugar donde parecía que el tiempo se había parado
justo en la época de la trashumancia.
Esa época en la que el pastoreo era necesario pero que ya no 
-existen otras alternativas de alimentación sin uso ni abuso de animales.



Ese lugar, en el que primero "construyeron" la nueva urbanización los Veinte Pilares
-lugar solaz y espacioso bien aprovechado por terrícolas bovinos
 que también tienen derecho de disfrutar de un buen día de campo.



Y posteriormente engendraron e hicieron tangible los avistamientos en los Veinte Pilares
y no es que estemos poniendo a las pobres cabritas de extraterrestres
-también son terrícolas como nosotros o como las ovejas-
sino que allí instalaron...



un O.F.N.I. (Objeto Feo No Identificado). 
No es un O.V.N.I. pero tanto se le parece que hasta las cabritas se querían montar
para huir fuera del Planeta. Dicen que están hartas de nosotros los humanos.
¿Por qué será?
Somos propensos a modelar y remodelar los paisajes.
Somos propensos a alterarlo todo con inventos como salidos del TBO.
Y la mayoría de las veces -no todas...



las "cosas" es mejor dejarlas como estaban.

¡Cualquier parecido con la realidad ha sido pura coincidencia!




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