Hoy queremos tratar un tema sugerente y entrañable, se trata de la presencia de estos
animales que formaban parte de la actividad diaria de nuestro pueblo. Ya apenas se
ven burros o mulos y es de agradecer el que haya aún personas que los mantengan.
Aquella era una época en la cual la mayoría de las casas tenían este aspecto y por lo general
la importancia de los animales era tal que tenían la morada de su cuadra dentro de la de su
dueño. Aún se conserva en Ubrique el pasillo empedrado que accedía al pesebre en una casa.
En la cuadra descansaba y comía la bestia, pero lo normal era verlos atados en el aldabón.
Todas las casas tenían este artilugio junto a la entrada. Con gran destreza
"aparcaban" al mulo atándolo a esa argolla. El animal esperaba paciente dispuesto
a prestar el siguiente servicio.
Era tan común la costumbre que todavía hay un buen número de aldabones desperdigados,
sobre todo por el casco antiguo. Sólo si nos fijamos podremos dar con ellos. Deberían
haber insinuado el dejarlos a la hora de hacer las nuevas viviendas, porque formaban
parte de nuestra tradición y nuestro patrimonio.
Hace ya más de treinta años que esta estampa típica de las calles de Ubrique se eliminó
de un plumazo burocrático. Lo que más perduró fue el reparto del pan. Los mulos,
animales de carga por excelencia que lo porteaban todo, fueron quitados de enmedio...
porque ensuciaban las calles con su estiércol. Fueron reemplazados por los coches que
no hacían "caca" en el suelo y no afeaban el aspecto del pueblo. Así nos pinta el pelo,
sacrificamos nuestro medio ambiente con los "malos humos" que poco a poco
nos envenenan pero no importa porque el aire es transparente y no se ve. Antes se recogían
para estercolar los huertos que abundaban junto al rio de Ubrique.
Ahora los de Biorreciclaje van a recoger el abono...
Ahora los de Biorreciclaje van a recoger el abono...
del que tiene los burros por la piscina abajo camino del Enriadero,
para que los jardines del municipio verde, luzcan estéticamente bellos.
(Les podían haber puesto pañales como a los caballos de los coches de Sevilla)
Sólo nos quedarán estos recuerdos presentes mientras se conserven las fachadas
antiguas poseedoras de los pequeños tesoros que son los "amarraburros",
Algunos aldabones saltan a la vista pero otros están más escondidos
como éste del callejón de la calle Cañito que tiene un hermano...
gemelo al otro lado de la puerta, un poco más descolorido.
Se ven en los lugares más insospechados. La sorpresa es muy grata al dar con ellos
cuando sales en su búsqueda. Éste se encuentra en una tapia de la calle Caracol.
Incluso puedes ver los "aparcamientos en batería" cuando se trataba de un descansadero
como los que se conservan donde estuvo el Pata Negra en la calle Majaceite.
Y como curiosidad, también podían verse como tiradores en las puertas humildes.
Pasaba el tiempo y la costumbre de colocar aldabones para amarrar siguió usándose
(éste es de Mirasierra, al lado de los materiales) pero no para las bestias...
si no para otros medios de transporte más contaminantes.
(cualquiera sabe donde está la llave del pitón en la calle del Carmen)
Hemos visto como la tradición fue abolida por la modernidad.
Es de comprender que con una simple caida en la calle, cualquier heridita suponía la urgencia de
la inyección del tétanos pero no sabemos hasta que punto fue positivo obligar a los panaderos
a repartir en coche cuando ellos hubieran continuado con el burro.
En esta historia de nuestra historia queremos reseñar un detalle que existe aún en una de
nuestras pintorescas calles por las que ya no pueden pasar los panaderos.
Tiene que ver con el amarradero donde dejaba su mulo el señor que está
con su sombrero sentado a la derecha. Se trataba de Pedro Vázquez, padre y
abuelo de sus sucesores con igual nombre. Todos conocemos a Pedro el
del bar Carriles en la plaza de la Verdura (donde hemos tomado esta foto).
Pedro Vázquez amarraba su burro pero no lo hacía en un aldabón, ni en un clavo ni en
ningún artilugio hecho por los humanos. Por supuesto en éste que está en la misma calle
tampoco porque es más moderno y ya sabemos...
La calle a la que nos referimos se llama Saucos o Saúcos que todavía no está claro si lleva o
no tilde (Ver seis de refranes), pero sí sabemos que es una calle con tesoros.
Allí junto a la entrada que antiguamente fue la cuadra.
Allí junto a la entrada que antiguamente fue la cuadra.
En la calle con nombre de árbol hay una roca caliza con numerosas
capas históricas de cal y pintura encima.
Tiene un orificio natural propio de la disolución de la piedra.
Ahí es donde el abuelo de Pedro amarraba el burro...
con su cuerda y por mucha fuerza que tuviera el animal no podía soltarse.
Dando vueltas a la cabeza pensando en cómo sería la estampa del animal en su atadero
se nos ocurrió una idea que a nuestra madre le encantó. Teníamos la foto de un burrito enjaezado
de época que obtuvimos una vez en Granada. Hicimos con ella una composición pero no con
el "fotochop" que no tenemos ni idea, sino con nuestro sistema preferido...
el rústico analógico.
Con esta imagen de recuerdos que aún perduran en nuestra mente, queremos rendir sentido
homenaje a una época que nunca volverá y que tuvo como protagonistas a estos
cuadrúpedos cuya entrega y nobleza fue patente, siendo suprimidos de
nuestras calles porque"no contaminaban lo suficiente".
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AL TESTARUDO REBUZNERO
ResponderEliminar¡Arre burro! Que el día desabrocha la noche,
deja de enamorar a la luna celosa de poemas
desentumece tus patas, velatorio de derroche
y vayamos a los montes de azucenas.
¡Arre burro! Carga de melancolía tus cerones,
desato la cuerda que a la aldaba te auna
corre libre, olvida el dolor de tus corvejones
y rebuzna poemas de amor a la luna.
¿y de donde viene lo de aldabonazo? o no es así la palabra?
ResponderEliminarSaludos Manué.
He estado preguntando y buscando por ahí la palabra aldabón. Por lo pronto, está en la RAE como aumentativo de aldaba, y tiene tres significados principales: la argolla para llamar a las casas; la argolla donde se amarran los burros; y finalmente "la tranca" o sea, el palo que asegura la puerta una vez cerrada.
ResponderEliminarEn esta página está explicada su etimología de una forma muy curiosa: http://etimologias.dechile.net/?aldaba
Así que un aldabonazo es un golpe con esa "tranca": un testarazo, un golpe.
Y "aldabonazo de salida" es el golpe que se da para que comience una carrera (también se dice pistoletazo de salida).
Después de todo esto, le seguiremos diciendo "argolla para amarrar los burros", jeje.
Muchas palabras se van perdiendo por el desuso de las mismas: aldabón por ejemplo. Siempre viene bien recordarlas. Saludos.
ResponderEliminarAhora tenemos también un jato de amarraeros de bicicleta. Por desgracia no parece haber suficientes bicis para poblarlos
ResponderEliminarJajaja... jáquimas! El rusti-foto-montaje, lo mejor del reportaje. La leche que te dieron... (que no sería de burrita)
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