Carteles para pensar-II

Al igual que en carteles para pensar-I, este monotipo rumiante de sus pensamientos,

nos servirá para la segunda entrega de esos carteles y rótulos que abundan por

 nuestro pueblo y puede que alguna vez se cuele alguno de otro sitio.

 

Comenzamos. El primero lleva algún tiempo circulando por bares y tiendas...

A primera de vista todos pensamos lo mismo: "Estamos de acuerdo en que todas las

oposiciones tienen que ser de justas para todo el mundo". Pero bien conocido por todos,

 es aquello de los enchufes o la legendaria frase de quien tiene padrino se bautiza.

Queda un ascensor en Ubrique de cuando yo jugaba a los trompos. Aunque haya sido

actualizado por seguridad todavía tiene la latilla auténtica en la que siempre gustaron

 modificarla para que dijera lo contrario y como en este caso, "pixelar" los rostros

 evitando así que se reconozcan a los modelos. Por supuesto el método empleado es el

rústico analógico destructivo. Como soy detallista, voy a modificarlo con mi sistema...

El parchepixelado digital. ¡Ahora está mejor!
 La mamá con su hijito prefieren el anonimato pero el niño

del aspa (que es muy significativo porque a veces entran ganas de tachar a alguno),

parece que tiene autorización paterna y no necesita ocultar la identidad, del todo.

Esta imagen bastante familiar de Ubrique necesita una simple tilde (y algunos retoques) para

tener sentido completo en su interpretación (y no es la e de pie)...

Es que ponía articulos y es artículos. El resto de la lectura se la dejo a ustedes.

La siguiente nota informativa se trastoca totalmente por un punto y coma.

 La he subrayado, en verde por supuesto, para que leáis lo que yo creo que pone.

 Eso de los cubos con poca agua hace que tengan 

que poner más cantidad de cubos. ¡Hay que ver lo que hace un ;!

Este sí que es un cartel para pensárselo, pero creo que 

 si no te lo dan por un lado, ya te lo darán por el otro.

 Al fin y al cabo "Jalisco nunca pierde".

Muchas veces hay que ser demasiado explícito cuando mudas tu negocio de lugar.

Nada, Rafa, que hay que darle todo muy "mascadito" a la gente. Que no se enteran

 de que te has mudado a la otra esquina, y en medio sólo está

la calle Zaldívar que es tan estrecha que apenas si cabe un coche.

Si subes la Calzada hacia las Cumbres, hay un cartel que con una flecha sugiere que bajes

por la vereda del terraplén dirección a la calle practicante Antonio Ríos que hay un barecito...

y más vale que adecuen un camino en condiciones entre  las dos calles 

porque si alguno viene pisándose el cabestro,

 va a salir rodando por la "greera" cuando vuelva a su casa.

El dia que subí por los Pernales hasta el Cintillo me fijé en este cartel que pusieron

 los deforestadores de la compañía eléctrica. Por lo visto son los únicos que tienen

derecho a destruir toda la naturaleza que exista debajo del tendido eléctrico,

porque lo que estorba no son los cables, irónicamente son las plantas.

  No contentos con eso, fueron dejando improntas y no me refiero a las orgánicas,

 sino a basuras de todo tipo. A mi entender deberían haber completado el cartelito

 (y éste también es para pensar) con otras palabras más consecuentes con los hechos.

Debería poner mejor:
 "TRABAJOS DE DESTROZOS Y GUARREOS FORESTALES".

En estos tiempos modernos tenemos que convivir con una serie de artilugios

indispensables que, según dicen, sirven para facilitarnos la vida.

Cuando fui a buscar a una persona por los Callejones, me encontré con esta maravilla.

Al final lo avisé a voces; no llegué a aprenderme los pasos de las maniobras

a realizar para llamar a su puerta. Esta central "visollamadora" no facilita

para nada la relación interpersonal (será para que el vecino

de más arriba se aburra y no vaya a pedir al de abajo vinagre o sal

como siempre se hizo). Es tan complicado que incluso necesita...

 un listín de instrucciones de uso. Una barbaridad comparado...

con lo fácil que siempre ha sido...

LLAMAR A LA PUERTA.

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