Ya conocemos la banderita andaluza con el fondo de la entrañable Sierra de Ubrique y que nos
sirve para encabezar nuestros personajes ubriqueños entrañables que hicieron su historia
particular. Fueron por todos conocidos pero nunca se les rindió ningún homenaje.
Desde Ubrique en verde queremos recordarlos para que nunca queden en el olvido.
Nuestro ubriqueño ilustre de hoy ocupó uno de los asientos de este lugar. Marcó un hito
por su idiosincrasia. Siempre trataba temas de la política nacional e internacional. y su
cultura lo hacía conocedor de las artes sobretodo del cine.
Con ese perfil podría haber sido perfectamente nuestro querido Emilio al que respetamos
por su labor democrática como alcalde que fue de nuestro pueblo.
Pero vamos, si hubiera estado aún entre nosotros
por su grandeza y humildad, habría rechazado de pleno que le pusieran su nombre
a una calle y hoy en dia seguiría siendo un andaluz ubriqueño ilustre sin estatua ni homenaje.
Ha sido últimamente por consenso de todos los grupos políticos y con el beneplácito
de sus hijos (Emilio siempre contó con la opinión de ellos) cuando se le dedicó muy
acertadamente una de las avenidas de la expansión ubriqueña. Creo que es de justicia
dedicar un homenaje de esta manera a los ubriqueños que como Emilio se desvivieron
por su pueblo. No como ocurrió con las calles con dos nombres
y en otros casos más recientes.
Cuando nos referíamos al lugar, era la Plaza y en cuanto al asiento era un banco
de los que aún no han desmontado. Son los "canapés" que perduran a lo largo de
los tiempos y no como los desaparecidos de los Callejones.
(No hace mucho nos enteramos de que querían quitar
esta fila de bancos para aparcar coches. ¡Qué horror!)
esta fila de bancos para aparcar coches. ¡Qué horror!)
Cuando nuestro personaje de hoy llegaba, la Plaza era una fiesta. Todos lo rodeábamos
para escucharlo. Sus historias reales rayaban la fantasía. A nadie le resultaba indiferente.
Seguro que ya sabemos el sobrenombre de la persona a la que nos referimos.
Manolo "el Sherif", en honor a su afición por contar películas del Oeste.
Manuel Morales Ordóñez era el menor de dos hermanos. Cuando su hermano mayor
se fue de Ubrique al casarse, Manolo se quedó al cuido de su madre que
estaba mala de los nervios. La gente decía que ella andaba mal de la cabeza.
estaba mala de los nervios. La gente decía que ella andaba mal de la cabeza.
El Cheri bajaba con frecuencia a la Plaza...
y allí repartía su buen humor a troche y moche. Cuando cogía una retahíla, no la soltaba.
Si hablaba de política lo hacía como un comentarista de radio y si el tema era una
película, ni te cuento. Todos quedábamos embelesados con su falacia y desparpajo.
Pero en los años ochenta enfermó.
Se negó rotundamente a una intervención quirúrgica y se nos fue.
La cartelera de la película de su vida quedó vacía para siempre.
Desde entonces la Plaza está triste y nostálgica. Su canapé, entonces pintado de verde,
lo espera día tras día con paciencia
lo espera día tras día con paciencia
pero, como ser inerte que es, no comprende el sentido del más allá.
Va para ti nuestro recuerdo, Manolo el Cheri que en tu vida aportaste humor
a este mundo tan serio. Más bien nos atreveríamos a decir que te reíste de él
José Luis Mancilla llegó a hacerle un magistral retrato al óleo a Manolo el Cheri, captando su característica y entrañable expresión: http://www.ubrique.org/galerias.html?page=inline&id=1547
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