lunes, 26 de agosto de 2013

Breve historia de una pita...

En la anterior publicación quedó claro, en tono humorístico, nuestra defensa
 sobre la toponimia de la legendaria Curva de entrada a Ubrique y también,
 en los acertados comentarios posteriores, llegamos a la conclusión
de que no es nada deseable que dicha planta se vuelva una plaga.
 En general, la funesta realidad de la proliferación de seres vivos
 fuera de sus hábitats originales, sólo ha causado estragos en nuestro mundo. 
Los conejos en Australia, los cangrejos rojos en nuestros ríos o las pitas en Almería
 -verbigracia, son verdaderos ejemplos de la metedura de pata humana a lo largo de la historia.
 Como el tema va de pitas, vamos a realizar una entrega cuyas fotografías
 iban destinadas en un principio, a ilustrar "La Curva de las Pitas" pero
 por la cantidad de tomas y la "precipitación" de los hechos,
 decidimos que Ubrique en verde podía, entrada aparte, contar la 
"Breve historia de una pita que creció donde no debía y que por orgullosa, lo pagó caro".
 Como podemos decir que nuestro querido pueblo es de fábula
 vamos a narrar lo acaecido como si de un cuento se tratase.



No ha mucho tiempo que en una pintoresca villa de 
la sierra gaditana, llamada Ubrique de la Petacas,
existió una Pita que en un principio se portaba como lo hacen todas las pitas...
 ¡Queda y viendo pasar las estaciones!




Los humanos la habían plantado por debajo de la antigua linde del depósito del Cornicabra y su misión consistía en disuadir a pinchazos a quien osase penetrar en aquel reducto protegido. Aquella tarea le gustaba tanto que para cumplirla mejor, creció y creció, acaparando con sus raíces, toda la escasa tierra que había a su alrededor, sobre las piedras de la sierra .
 Se hizo desmesuradamente enorme y los ápices de 
las puntas de sus hojas causaban tanto respeto
 que nadie se atrevería a pasar por allí, ni escalando.
-"¡Soy la mejor pita del mundo!"- Se decía la tonta.
Pero como era una pita corriente y moliente, al paso de los años, 
un día se dio cuenta de que ya era mayor y se hacía vieja. 
Que le había llegado la hora...



Y decidió optar por lo que normalmente hacen todas las pitas con su edad.
Se propuso elevar a las alturas su "espárrago"...



tan enhiesto, alto y florido...



que sería la admiración de todas sus vecinas que se pondrían amarillas de envidia.
¡Esa idea le estaba gustando!



Rodeada de chumberas sembradas allí por los humanos, con iguales propósitos persuasorios,
la vanal pita, puso todo su empeño y esfuerzo en ser la planta más llamativa del barrio.



Nuestra vanidosa pita con su enorme pitaco florido, se pavoneaba orgullosa...
-"¡Eh! ¡A los de ahí abajo!
¡Voy a ser más alta que los cipreses y que la palmera del Convento!"



Los días corrían y la ufana pita no escatimaba esfuerzos en crecer.
-"¡Voy a exhibir las flores más bonitas y copiosas que nunca se hayan visto por aquí!"



Y la verdad es que sí, que así lo hizo pero...
 ¡Ay, fatal destino! 
Tanta proeza esforzada, tanta carga erecta  y tanto peso florido...



dio con sus flores en el suelo, tres "plantas" más abajo de su ubicación.



Nuestra pita por ansiosa, no sólo había perdido sus bellas flores...



sino que sin completar su ciclo vital, quedó destrozada.



Desarraigada completamente en toda su integridad, del escaso filo que pendía...



había caído al patio de una casa de los humanos, llevándose a su paso arbolitos y enseres.
Afortunadamente la Madre Tierra pudo poner a tiempo su sabia mano para que 
en el estropicio causado por su vanidosa hija, no estuviera ninguna persona debajo...



 Parecía una estampa macabra verla yacer sobre el suelo, convulsa y con todo el equipo...
hojas, pinchos y raíces con la descendencia. Todo fue retirado a posteriori, con lógica humana.



Dió su último adiós a la estampa que tuvo a la vista toda su vida.
 En su agonía se lamentaba...
-"¡Por mi orgullo desmedido he caído!"



 -"¡He arrastrado a mis hijos al abismo por mi arrogancia!"
-"¡No importa que muera porque sabía que mi floración iba a ser mi glorioso fin!"
 Y en un arrebato de humildad, asintió antes de ser descuartizada para su desalojo...
-"De lo que en verdad me arrepiento es que con mi soberbia y ansia inútil...



van a sacrificar a mis congéneres de este lugar que nos vio nacer".
En su memoria ancestral ronda el eco de sus antepasados más arcaicos que le dicen...
-"!No debimos crecer ahí!
 ¡Nuestro sitio es acá, después de las eternas aguas que nos separan!
¡Pero los humanos que no saben bien lo que hacen,
 nos arrancaron de raíz hace mucho tiempo y nos llevaron allá!
 ¡Ahora, desterradas de nuestro lugar de origen, nos llaman plantas invasoras!
 ¡Y con razón!"

 

El parrón que crece aferrado y cubriendo los tajos del Nacimiento 
-otro supuesto invasor- fue testigo del fatal desenlace de la pita
 que creció donde no debía, geográficamente hablando.
 -"¿Seré yo también una planta invasora?"
 Y diciendo esto, se echó a temblar, mecido por el viento.



Por encima del abandonado Rodezno, humanos y plantas, hemos vivido una
 historia cuyo desenlace, tiene un final feliz para los humanos, afortunadamente...



pero un trágico fin, con razón o sin ella, para esos inamovibles a simple vista, seres vivos que cumplían su natural función donde el hombre todopoderoso quiso que estuvieran.
Y así termina la...



 "Breve historia de una pita que creció donde no debía y que por orgullosa, lo pagó caro". 
Hemos sido testigos de excepción de un desubicado episodio vegetal, 
acaecido en el maravilloso planeta 
que es nuestra morada y cuya integridad pende de un hilo...
¡Bueno, de algo más grueso! 
¡Algo así como de una guita de pita, por ejemplo!
 Pero si cada uno de nosotros ponemos algo de esfuerzo en mimarla, 
seguro que la Madre Tierra seguirá dejando que la habitemos.
 ¡Si no...! ¡Ella sabrá qué hacer con nosotros los humanos!
El problema global es serio aunque nos cueste creerlo a los que vivimos
rodeados de dos parques naturales...



en el pueblo encantado de Ubrique pero no podemos ni debemos por eso darle de lado.
¡Ah! Y una moraleja para los humanos de parte del reino vegetal...
-"No sembréis a destajo, 
piteras por los tajos
que después de tanto trabajo,
sin culpa, se vienen abajo."



.

4 comentarios:

  1. Hola Manuel,aunque es verdad lo que dice José Manuel, al igual que lo de los Eucaliptos, lo que no es autóctono, no debería ser traído.
    Aun así; lo que yo daría para poder ver con mis propios ojos (y fotografiar) ese camino entre Rodalquilar y Albaricoques, lleno 'piteras' que salió en uno de los Spagetti Western de Sergio Leone y que ya me impresionó allá por el año '64 creo que la vi, sin saber entonces donde estaba ese camino. Lo descubrí gracias a Google Earth. Son tan fotogénicas las pitas, que también las he fotografiada ya x veces! Me gustó el 'cuento pitero' jejeje
    Salu2
    Dorita

    ResponderEliminar
  2. Dorita, es muy ilusionante darle a la tecla de "publicar" cuando aparece un comentario tuyo en el apartado de "esperando moderación" de Ubrique en verde. Ya sabes que siempre serán bienvenidos en éste, tu blog ubriqueño Con tus palabras y aún estando de acuerdo con Jose Manuel, has despertado el gusanillo de la curiosidad con ese camino que comentas. Habrá que verlo también y la peli, que para eso somos cinéfilos. Gracias de corazón y hasta pronto.

    ResponderEliminar
  3. Hola a todos. Os pregunto ¿Qué es autóctono?... Todo el mundo podría decir "lo contrario de alóctono". Y...¿Qué es alóctono?..Tengo otras preguntas para los eruditos o doctos en esta materia, que por lo que veo hay muchos..¿Desde cuando un ser vivo se considera autóctono? A los 100 años de vivir en una zona, a los mil, a los 10.000.........¿Un naranjo es autóctono? Creo que proceden de Asia y fueron traidos a la península por los árabes. ¿Es ya un árbol autóctono o hay que esperar un ratito más para otorgarle esta denominación? Una encina todos la consideramos autóctona ¿Siempre han habido encinas en esta sierra? ¿Siempre ha existido esta sierra? ¿Habrá algo más autóctono que el cerdo ibérico? Y si os digo que su origen es africano. Un día le pregunté a un profesor de ecología sobre este tema y me respondió..."Tengo muchas dudas". Yo, como curosidad me fuí al Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:
    autóctono, na:
    1.adj. y s. Que se ha originado o ha nacido en el mismo país o lugar en que se encuentra.
    Según esta definición creo que no hay ningúna fauna o flora autóctona en nuestra zona, incluyendo a las pitas. Lo de invasor o no es para otra sesión. Un abrazo Manolo.

    ResponderEliminar
  4. Otro ejemplo de lo que dice Muriel es el gamo, se supone que se reintrodujo en muchas zonas, dicen, por los romanos. Nadie que viera una gamo en nuestros montes pensaría en que una vez no estuvo. Lo mismo pasa con el muflón y seguramente con tantos otro animales y plantas que consideramos "de aquí".

    Un saludo y gracias por el artículo

    ResponderEliminar