sábado, 6 de julio de 2013

El Magnánimo Dragonus

A los asiduos de Ubrique en verde no les sonará a nuevo la multitud de atractivas
y sugerentes rarezas que nos puede ofrecer la increible sierra de nuestro pueblo.
Hoy tenemos ganas de volver a ella por el mero placer de asombrarnos nuevamente
ante la visión de uno de los más representativos seres de roca caliza imaginarios.
Nos referimos al Magnánimo Dragonus, de los "dragones de piedra".
 Procedemos a la enésima e ilusionante ascensión a nuestra querida sierra...



pero por supuesto no lo haremos por la pétrea verticalidad de la Cruz del Tajo
pues supondría una ardua tarea extra. Lo haremos por la vereda desde el Carril...



hasta la Era del Ubrique el Alto, donde estuvo "in illo tempore" ubicado Umrica
que es un camino más fácil y familiar. Nada más llegar a la antigua era de trillar...



una sorpresa nos aguarda. Un mulo de los que habitan en este lar, yace postrado sobre
la superfice plana y redondeada, donde antaño se separaba el grano de la paja.



Inerte, inmóvil, quedo y con los ojos cerrados.
 ¡Oh no! ¡Ha muerto!
Nos hemos quedado estupefactos ante la impresión...



¡Vaya...! ¡Pero...!
¡Es que estaba plácidamente tomando el sol y hemos venido a molestarlo!



¡Mejor así!
Tener encuentros con seres vivos "vivos" en la sierra, siempre es grato.



Pero lo que venimos buscando es una de esas extraordinarias formas que surgen
entre las rocas, originadas por la fractura tectónica y la disolución milenaria
del material calizo. Dependiendo de la luz y el ángulo de visión, muchos cascajos
adquieren formas muy sugerentes. Por ejemplo, esa del centro de la imagen...



podría ser perfectamente una fiera terrible gruñiendo al contraluz 
con el hocico arrugado y todo. Pero vamos a lo que vamos...



y es que nos dirigimos a esa zona donde hallamos en su día, un triángulo en la sierra.
Es un lugar especial y rico en formaciones calcáreas.
 Multitud de piedras de pico que forman una "minicordillera" plagada de "ochomiles".



Y allí, semioculto en su medio natural, nuestro protagonista sólo enseña la cabeza.



Con su ojo expresivo y su fosa nasal...



poco a poco nos va mostrando su real y atractiva fisonomía...



con las fauces entreabiertas...



y su barbita de chivo.
Siempre mirando a la sierra, espaldas a Ubrique.



Ahí está el Magnánimo Dragonus en su guarida, con su cuerpo deforme y su perfecta
cabeza de dragón pétreo. Atrás lo dejamos para recorrer con admiración...



su caótico territorio, tratando de discernir la ruta más segura por entre la agreste ladera.
Lugar de crianza, no sólo de "dragones" sino de colas de zorro...



-así llamamos a estos vegetales por la zona- y que por ser época de verano están floreciendo. 
Un servidor se ha puesto al  lado de ellas para comprobar la esbelta envergadura
que llega a alcanzar esta peculiar planta estacional.



Desde donde estamos comprobamos que el palo señuelo de la Cruz de la Viñuela
sigue apostado en la cúspide del montículo por encima del Calvario de Ubrique.
Marchamos con paso lento pero firme y seguro que demuestra los años de práctica
"cabreando" entre las aristadas rocas. De pronto, algo inusual llama nuestra atención...



una chumberita al filo de una piedra, lucha por introducir sus raíces
 en el escueto resquicio que su soporte le ofrece. Nos ha recordado a la "tuna de altura".
¡Hay que ver lo que le gustan los higos chumbos a los pajarillos que pululan por la sierra!



La zona está plagada de innumerables diaclasas tectónicas...



abiertas en general pero con algún que otro falso techo compuesto 
de buenas piedras en tenguerengue.



dichos recintos han sido usados desde tiempo inmemorial por algunos
para la guarda y custodia de animales. De ahí, la proliferación de enseres de todas
las épocas y las más variadas formas. Una costumbre tan arraigada que,
como dice una de refranes -"de lo que se come se cría"...



a la sierra le han entrado ansias de reproducir la forma de aquello que guardan
los humanos en su seno y nos lo muestra en la silueta del "Perroco Pachonus".
(¡Imaginación al poder!)



La sierra está bien fragmentada, lo que supone para Ubrique en verde
el descubrimiento paulatino de nuevas e inimaginables formas rocosas.
  Descendemos de los "ochomiles" para regresar a nuestro querido pueblo...



no obstante aún podemos plasmar alguna que otra roca en una disposición increíble
que nos hace pensar en la fortuna de tener tanta riqueza de la Madre y tan cerca.



Antes de enfilar hacia la calle más alta para adentrarnos en el pueblo, una sugerencia.
Podemos echar una mirada a la primera foto de esta entrada. 
Está tomada precisamente desde abajo de esa tuna abrazada por las hiedras.
Siempre nos pareció increíble esa simbiosis vegetal.



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4 comentarios:

  1. ...Y a mis ...enta y tantos lo bien que estoy conociendo cada rinconcito de nuestros andurriales gracias a Manuel María.
    ¡Qué fotos más bonitas! El dragón da miedo.

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    1. Esa era la idea primigenia de UBRIQUE EN VERDE. Cuántas veces he salido a fisgonear por nuestros alrededores para poder llevar después a personas a disfrutar de lo hallado. Si alguien quiere ir a alguno de esos rinconcitos mágicos -que están cerquita y no supone mucha proeza- quedamos y vamos. Para mi será un placer. Gracias Juana. Un beso.

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  2. Hola Manolo, esas colas de zorro son gordolobos (verbascum giganteum) por si te interesa!!!
    No se si le habras echado un vistazo a mi blog, es esté, http://www.elsenderodejesus.blogspot.com.es/
    Estoy seguro que te va a gustar, en él está la entrada de la gran visita que hicimos al nacimiento de la cornicabra y muchas más visitas interesantes
    1 Saludo!

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  3. Gracias Jesús. Yo sabia que algún alumno aventajado de los que van conmigo en el corazón, iba a aclarar alguna de las leyendas urbanas como era el nombre de esa planta que conocemos. ¡A propósito! Buena idea sugerir lo de tu blog que de seguro le echaremos cuenta. Un abrazo y 2salu2.

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