miércoles, 11 de diciembre de 2013

Nueve de refranes. De noche, todos los gatos...

Ante esta vista nocturna de los tajos del Garciago, podemos afirmar que..
-"¡De noche, todos...



los gatos son pardos!"
Eso es bien sabido, sin embargo, esta entrega especial nocturno-gatuna,
disfrutará exclusivamente de protagonismo local.



Con gatos de nuestro querido pueblo y...



la nocturnidad de Ubrique.
-Como parece que no se distingue bien dicha noche desde el Rodezno
-la Cruz del Tajo desde aquí, se ve diminuta comparada con la luna-
 mejor nos vamos a la Plaza, delante del San Antonio y sus secretos.-



¡Ahora sí!
¡Desde aquí se nota mejor que es la noche de Ubrique!



Por el otro lado, aunque tengan un dicho popular propio y claro...
-"¡No te fíes del minino que es sibilino!"-
¿Quién no ha comparado estos suaves animalitos con tiernos peluches infantiles?



Animales casi domesticados que viven y rondan nuestras casas...



pero que les gusta más el aire libre y para ello hacen lo que sea necesario.



Es fácil verlos rondando por los solares...



rebuscando algo con lo que entretenerse. 
Son de por sí, cautelosos.



Pero se ponen nerviosillos, relamiéndose de gusto, cuando presienten la hora de la comida.
Si bien ellos se buscan muy bien la vida, prefieren...



la sencilla pitanza, ofrecida por compasivas manos anónimas.



Y después de comer...
¡Una buena siesta aletargada!



Hasta que llega de nuevo la hora del peloteo...
¡Huy, perdón! ¡Del ronroneo!
Un "goro-goro" que surge de sus gargantas, a modo de súplica o
 llamada de atención, mientras se nos refriegan coscones con los lomos.



Igual que a los humanos ociosos, a los gatos les gusta sentarse en
 un banco del paseo para ver pasar a sus congéneres y si son gatitas, mejor.
Parece como si tuvieran costumbres parecidas a las nuestras.



Gustan de nuestros propios vehículos. 
Sentarse en nuestras motos y montarse en...



nuestros coches, aunque estos los utilicen para otros saltarines menesteres.



Pero tanta familiaridad y confianza con estas máquinas de la vida y de la muerte...



a veces les pasa tristes facturas. Y eso que dicen que los gatos tienen siete vidas.



El caso es que les ocurre como a todos los seres vivos.
 Cuando fenecen, su colorida energía vital se eleva hacia la infinita oscuridad...
 ¡Hacia la noche eterna!
Pero nuestro refrán de hoy se refiere a otro tipo de noche más de andar por casa.



La noche... ese período durante el que Ubrique, por acción de la rotación de la Madre,
deja de recibir la luz solar y, por ende, permanece en oscuridad atenuada por la Luna.



Esa noche que lentamente, sucediendo a los días, 
 va cerniéndose sobre nuestro querido pueblo.



Las horas vespertinas van cediendo terreno al crepúsculo.



Haciéndose preciso el alumbrado público.



 A los seres humanos no nos gusta mucho la oscuridad de la noche.
En cambio, ahora empieza el momento en que todos los gatos son pardos.
Ellos sí gustan del reino de la penumbra.
¡Pero no aparecen por ninguna parte!



No obstante sin ellos en nuestras fotos,
la noche encierra una singular belleza con sus aderezos.



Podemos disfrutar de ella en la plaza de aparcamientos de la Verdura
aunque haya que levantar la cámara para que no salgan retratados los coches.



 Ubrique presume de tener presentes en la noche, sus edificaciones más emblemáticas.
Podemos embobarnos con la espadaña iluminada del San Antonio.



O con el impresionante San Pedro que parece tener la propia luna al lado.



¡Bueno, todos no están iluminados!
 No vendrían mal unos leds dirigidos hacia
 la principal de las del Romancero de las fuentes del pueblo...
 Los Nueve Caños por los que aflora el excedente de las aguas del Benalfil.



¡Cuánto disfrutaríamos, si junto a esta chimenea, se apostase un lindo gatito!
Ya sabemos que el significado intrínseco de los refranes es otro, pero a nosotros nos gusta
expresarlos literalmente. Por eso hicimos alguna que otra foto más de la noche en Ubrique,
pero sin albergar la esperanza de pillar a un ágil animalito gatuno. 



Incluso en la calle San Gregorio, los gatos, como dice el refrán,
 pasan desapercibidos en la noche. Pero...
-"Miremos bien otra vez la foto. ¡En ésta si que hay uno!"
Y al accionar el "flag" para verlo mejor...



¡Sorpresa!
Al micho le brillan los ojos, con el color favorito de este humilde blog.
En conclusión, el refrán de hoy ha sido muy particular.



-"¡En las mágicas noches de Ubrique...



todos los mininos son preciosos... !Huy, pardos!"
Además, podemos permitirnos la licencia de acabar con una adaptación poética...



"Cuando está la luna sobre la alta Merga,
 los pardos mininos juegan en la sierra.
A coger ratones y a la rueda rueda,
 juegan nuestros gatos, sin que se les vea."



(Si quieres ver "Ocho de refranes. No por mucho...", pincha aquí.
-Esa entrada fue una auténtica paranoia)



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1 comentario:

  1. Me ha encantado, hermano. Son unas fotos preciosas, como siempre... pero cada vez más artísticas y más perfiladas. Un beso

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