lunes, 18 de marzo de 2013

Un dia de perros

Metafóricamente hablando, solemos tildar como "un día de perros" a aquella jornada en la
que se pasa la mayor parte del tiempo diciendo "agua va". Seguro que hay quien sabe por qué
nombramos así a un día cerrado en lluvia y con un ambiente como tirando a turbio.
Al refugiarnos de la cerrada inclemencia sólo nos queda contentarnos
con mirar tras el cristal de la ventana, para ver...



si amaina el intenso y continuado chaparrón o no.



Hay veces que un día así, desborda y sobrecoge. Fuerte impresión produce
la fuerza de la Madre cuando descarga miles de litros sobre nosotros, frágiles humanos...



que impotentes y armados con endebles artilugios, pretendemos evitar las lógicas
y chorreantes consecuencias.
Todo "alagao". Todo "enguanchinnao".
Metafóricamente, un día de perros es así.
Sin embargo y para ser realistas, en esos mismos charcos del carril del Naranjal...



se aliviaba los ardientes pies, esta señora que andaba perdida y deambulante toda la mañana.
Ella sí que llevaba un día de perros lleno de incertidumbre.



También pasan un día de perros los que están encerrados
tras el alambre de espino, esperando sólo a que llegue la comida.



Con esa carita de pena, diciendo que... "tengo hambre, menudo día de perros llevo".
¡Un filetito o algo!



Más encerrado todavía, parece que lo que dice es:
¡Ya me he comido el jamón!
¡Qué me pongan otro, por favor!
¡Qué aquí en la cárcel, llevo un día de perros!



Algunos andan como endiablados, mientras encerrados, esperan el momento culinario.



¡Vaya día de perros siempre detrás del cierro como entre rejas!
Pero al menos lo afrontan en grata compañía y sueltos.



Distinto es cuando están amarrados. Llegan a quedarse adormilados como
 anestesiados para no pensar en su atada realidad.



Aunque la correa se vista de seda (rosa), correa se queda. Sin embargo a la perra de la Parra
parece no importarle, al fin y al cabo no es lo que quiera ella.
Al menos su atadura es larga...



no como la de este pobre que con un poco más se le evita pasar un día de perros.



Otros se relamen de gusto pensando que los vamos a desamarrar.



Y respecto a éste, esperemos que no sea lo que parece y que su atadura sólo sea momentánea
que si no, menudo día de perros le espera con la lengua fuera..



¡Y tú, vigila el carrito! Que los enemigos de lo ajeno andan sueltos.



¡Ahora bien! A todas luces vemos quien es el que pasa un día de perros, 
dicho metafóricamente también en este caso.



¡Menudo día de perros llevo! ¡Guau! ¡Que diga...! ¡Je!



 
Los perros no siempre lo pasan regular. Hay casos en los que son los reyes del hogar.



Pueden andar como Perico por su casa, gracias a su buen hacer,
 por su inteligencia, fidelidad y obediencia...



o por cariñosos, coscones y falderos como este chiquitín que anda en brazos...




de nuestra preciosa Irene, el día del Portal viviente de Ubrique.
(Gracias Irene. Dale un beso a tu abuela Ana María)



Otras están a la que saltan. Como Tavi que es diminutivo de Tavizna 
(acertado y original nombre).



Y para saltos, el que dió Kiara ante la invitación de Arturo, un día que fuimos a Fátima.
Aquella tarde sí que no fue la de un día de perros.



Hay algunos que parecen que siempre tienen el día de perros.
Están continuamente, "chau-chau".
 Existe una ley perruna que es directamente proporcional...
¡A más chimichurrias, más cascarrabias son!



Y por eso, muchas casas con can, tienen que poner el cartelito avisador
(que podríamos considerarlo como uno de los carteles para pensar).
¡Cuidado con el perro...!



¡No vayan a pisarlo!



Para perros extraordinarios que menos que hacer mención al autóctono
de nuestro pueblo; el genuino perro de agua.
¿Será por eso que a "un día de agua" le llamamos "un día de perros"?
Este precioso ejemplar de perro de agua sobre Ubrique, se llama Yaco.
 Su dueño que ha tenido la deferencia de prestarnos esta ilustrada toma,
también entiende bien de agua y de perros.
Gracias de corazón a José Moreno Llucia, bombero ubriqueño de pro.



¡A mí me vais a hablar de perros de agua!
 ¡Vamos!
 ¡A mí, que estoy chorreando!
(Parece que está pensando el animalito)



Aunque para perros mojados aquí tenemos a estos dos que
 estuvieron soportando un día de perros...
¡Bueno! La rubita más que el moreno que llevaba toda la mañana
 persiguiéndola por los Olivares, con la que estaba cayendo. 
No quería "despegarse" de ella. ¡Cosas del amor!



Y desde los Olivares podemos ir concluyendo diciendo que nunca llueve a gusto de todos.
 Pero ciertamente, es mejor que llueva a que venga otro período de sequía.
 No obstante, de vez en cuando tras un abrumador día de perros...



todos deseamos de corazón una escampadita.


.

3 comentarios:

  1. Felicidades a todos los perros, sobre todo a los de la familia, porque hoy hace un auténtico dia de idem.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí y a los otros que de vez en cuando nos acordamos y que ya no están... la Mora, el Tano, el Nolo y la Nala.

      Eliminar
    2. ...Y va la Laika y el Rintintín... los perros más sonoros que hay, ea

      Eliminar