martes, 1 de enero de 2013

II Portal Viviente. Ubrique 2012

Con el encendido de las teas en sus pebeteros continuó la celebración del Portal Viviente
de Ubrique. Los "restos arqueológicos" quedaron por fin, ubicados a la entrada del escenario por la calle Fuentezuela (donde está "la señal que no pudo ir a la escuela" y que el encargado  nos ha dicho que lo va a arreglar; y que le hemos dicho que para qué, 
que así está bien, que queda rústica y de pueblo)...




y como en cualquier entrada de Belén, lo primero es acudir al censo. Control, control...



Allí en el puesto, dos hebreos nos dejaban mamarrachear en el libro de visitas...



si queríamos  entrar en Belén.
La primera visita obligada era al pozo que como ya sabemos estaba enclavado
 como no, en la calle Pozuelo. Por tal de beber en sus frescas aguas el público
al asomarse, dábase cuenta de que su estructura era de cartón piedra decorado,
así que con la garganta seca, había que encontrar el siguiente abrevadero...



y esta vez sí que era real. Una simpática parejita ofrecía en un rinconcito
de la calle Guindaleta un vasito de vino dulce y unos chochitos
(altramuces para los bienhablantes)...



que por tal de beber, bien merecía la pena colaborar.



Una vez más la confluencia de personal auguraba buenos presagios. Con la crisis
se podría preveer poca colaboración pero en el fondo los ubriqueños tenemos
un corazón espléndido y la solidaridad no brilla por su ausencia.
Somos muchos los que colaboramos por tal de beber, en el Portal de Belén.
Pero no todo eran bebidas que bien arraigadas en nuestra cultura están, si no que...



algo más arriba de la algarada en la alfarería...



podíamos saborear unas ricas tortas de masa y un buen chocolate, típicos por supuesto,
de Jerusalén. Tortas fritas con aceite del Huerto de los Olivos... sin ir más lejos.
Y subiendo, subiendo...



nos topamos con el humilde y atareado pescador.
Pero... ¿ha pescado una caballa?... ¡Si ese agua es de fuente!
"¡Sí!"- Nos contesta. -"Es que habrá cogido una vena salada".
Pues será eso porque...



la fuente manaba precisamente...



al principio de la calle Fuentezuela, junto a la Torre.



Dejando atrás la Torre, comenzamos el descenso por la calle Saúcos y en primer lugar
vemos un puesto de magia y esoterismo que dejaba a los niños embobados y
tan arraigado que ni siquiera la Ventolera se lo puede llevar.
(La foto de la tasquita con las cervecitas -por tal de beber- y los pinchitos no ha salido
bien porque había mucho humo pero no eran malos humos, así que algo más abajo...)



fuertemente custodiado por aguerridos romanos, nos damos de bruces con el causante
de la tradición belenística desde hace cientos de años...



el Nacimiento. 
Primera duda disipada... no hay mula ni buey.
¡Este sí que no es un portal por lo civil, haciendo caso al papa!
Cuentan que el padre putativo del niño era carpintero...



por lo que no podía faltar en el Belén viviente una carpintería.
Y una curiosidad, si el pozo estaba en la calle Pozuelo y
 la fuente en la calle Fuentezuela, lamentamos decir que la carpintería
no estaba en la calle Madera pero sí en una que tiene nombre de madera de... ¡Saúcos!



En su interior profusamente decorado y como no podía ser de otra manera,
nos recibió un insigne carpintero "hebrequeño" que tras una distendida charla...



nos hizo una demostración de la tradicional usanza carpintera.
También nos comentó que con el tiempo tan húmedo la ropa no secaba...



y que por eso tenia que tender la ropa interior en el interior.



Algo más abajo damos con la Robustiana... ¡Perdón! Escribana.
Una persona admirable, enormemente altruista y positiva que escribe con ingenio
y profundidad para que todos los niños (y mayores) salgan de allí...



con cartas llenas de ilusión y ternura, manuscritas por una auténtica Perla de la letras.



Pero vamos  a lo que vamos. Hay que seguir con la "colaboración".
-¿Cómo no vamos a hacer una paradita en la posada?
Allí como cualquiera que se precie y después de saludar a los conocidos...



podemos admirar la auténtica e increible decoración en el marco incomparable...



de sus habitaciones, mientras esperamos turno para que nos sirvan un buen mostito
con una tapita de chorizo o morcilla. ¡Jalufo, jalufo...!



Las "colaboraciones" por tal de beber, en el portal de Belén iban en aumento.
 Eso causaba el ir viendo algo borrosillo ya, hasta a los romanos.



El talabartero y su señora se afanaban por recuperar las fuerzas gastadas en
 la dura tarea de hacer cestas, cerones y algunas filigranas en corcho.




Igual hacían las sandalieras. Reponían fuerzas para continuar la labor.
(No nos pasamos por la chupitería de la calle Caracol, con sus alfombras y almohadones 
porque supuestamente ya era bastante lo del "por tal de beber").
No obstante y ya en la plaza de la Verdura, siguiendo con las colaboraciones,
podíamos optar por la barra "normal" de cualquier fiesta o bien...



por alguna que otra infusión. La cuestión era conseguir - desde el pozo- algo de líquido...



para remojar el rico pan que se ofertaba como ofrenda para compartir
como buenos humanos colaboradores.



La noche es cerrada. El Belén Viviente de este año va concluyendo.
Agradecerles desde Ubrique en verde, a los romanos y a los hebreos que
son los colaboradores auténticos en esta entrañable empresa que
es la recreación histórica (¡bueno, lo que sea!) del Por tal de Beber.
Una tradición de más de una década que atrae a ubriqueños y forasteros.
Una actividad necesaria que fomenta la alternativa del turismo en Ubrique.
Siempre será mejor que el visitante de nuestro pueblo, lleve impresa en su retina la imagen
de nuestras plazas con autenticidad e ingenio y no con esa otra a la que...



muchos no nos acostumbramos por muy cotidiana que sea.
(Como esta Plaza de -aparcamientos- la Verdura a la noche siguiente del Portal.
A ver cuando la liberan de coches... ¡A ver! -dijo- ¡Y se quedó ciego!)


.

2 comentarios:

  1. Muy interesante los comentarios ironicos-festivos en aumento, según avanzaban las colaboraciones líquidas con el Portal de beber

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  2. Entre chin chin, digo... rin rin, cargada de chocolate, a beber pastores, champaña sobre champaña y vuelven a beber, no me extrañaría que el reportero terminara viendo holanda

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