sábado, 17 de noviembre de 2012

Incursión al Huerto del Tabaco


Desde hace muchos años, el que suscribe conoce y cruza ese collar que recorre
el pecho de la Cruz del Tajo de una parte a otra y que es conocido por el legendario 
nombre de "el Huerto del tabaco". Cuando al que desconoce esa peculiaridad
le comentas que se puede pasear "tranquilamente" por el medio de los
 noventa metros de altura del Tajo (ese emblema que nos hace únicos)
lo más lógico es que responda que eso es imposible.



  Como el movimiento se demuestra andando que es gerundio, organizamos
una incursión vespertina (sin ir más lejos) para triunfar sobre la utopía de pasearnos 
por la panza del abismo. Hemos subido por la calle Saucos y después de dejar atrás 
las últimas casas, cruzamos el mirador del Ubrique el Alto (en la ruta de los Miradores)
y una enésima vez más...



 estamos de nuevo admirando la sierra y sus detalles pétreos, como este espeleotema
que cualquiera sabe por qué está en el exterior.



Nada más cruzar la Era, los incursionistas empezaron a repechar por cualquier sitio,
obviando la vereda a través de Umrica, esa que lleva al ascenso más fácil de la Cruz...



que de todas formas fue coronada como el que se da un paseo por la avenida de España.



La confianza en uno mismo y la experiencia "roquera",
 permiten escenas fotográficas como ésta. La práctica del llamado alpinismo
o senderismo de dificultad, hace que siempre podamos dar un paso adelante en los
paseítos por la sierra de Ubrique...¡Bueno! ¡Mejor, no! ¡No vayamos a dar ese paso!



Estando arriba en la cima hablamos de como atacarle al Huerto. 
Yo personalmente les mostré a los acompañantes del viaje a las alturas,
mi "preocupación" por la integridad física en el transcurso del recorrido
 pero cuando hay práctica y compañerismo cuaquier ardua empresa se torna factible.



Comenzamos el descenso por el lateral que da a la piedra del Predicador y 
una vez superado, a través de la "entrada" el primer salto de unos tres metros, ya
sabemos que lo primero en sorprendernos es la... 



diaclasa de "a la mano derecha según se baja". 
Aquella que nos producía complejo de "colonoscopio".
Pero no es el único refugio de la agrietada pared vertical de la Cruz del Tajo.
Desde esa entrada veíamos la grieta sobre la que quedó encajada la piedra de los Dedos.



Cuando hay una persona dentro de ella, nos damos cuenta de que  el Tajo no es tan "sólido".



Esa grieta lleva hasta la roca que taponaba accidentalmente
la continuación de nuestro recorrido y
que con gran pericia y acierto (pues ahora sirve de escalón),
desplomó a su nueva ubicación uno de los que hoy
nos ofrecen su intrépida "compaña".
Pero antes de continuar echaremos un vistazo a la cueva de la izquierda.
Es una diaclasa no muy profunda pero...




profusa en formaciones calcáreas derivadas de la disolución de la superficie.



Aquí en el interior, los espeleotemas, sí tienen el sentido y la belleza de lo oculto.
Esta oquedad tiene su leyenda... 
Cuentan que aquí murió una mujer y que alguien encontró su esqueleto...



Pero eso es otra historia. Lo cierto es que merece la pena esta paradita para introducirnos
en la diaclasa porque nadie puede imaginar, viendo desde la Plaza la rectilinea 
falla de la Cruz que el Tajo tenga tan extraordinarias tripas.



Salgamos de esta placenta de las entrañas de la montaña.



Busquemos el boquete de salida hacia la luz del atardecer. 
Por ahora seguimos indemnes.



Uno tras otro vamos saliendo del agujero, dando la espalda al vacío.
Como si la sierra estuviera dando a luz, personas. 
Los buenos asideros permiten el tránsito sin flagrante peligro,
pero hay que tener "cuidadín".
Vistos desde el pueblo, ahora mismo vamos por la izquierda de la piedra de los dedos...



y que por detrás, trato de empujar para "despeñarla encima de las casas"...



¡Es broma! No sé cuantas toneladas puede pesar la gran roca de la primera banderita
(que alguien colocó por aquello de las cosas del fútbol)  que quedó encajada
en la barriga de la Cruz del Tajo por incontables milenios.



Los incursionistas al Huerto del Tabaco, en fila árabe (llamada "india" en otras culturas),
van cubriendo sin prisa pero sin pausa, las pruebas del "gran prix" que supone esta
aventura acompañada,  para su posterior publicación en "Ubrique en verde"...



y logran encaramarse justamente sobre la corona de la de "los dedos". 
Y como no, "unos afotitos" de recuerdo pues, lo que desde abajo parecía imposible... 
¡Es una maravillosa realidad!
¡Se puede pasar por el Huerto del Tabaco sin ser una cabra!



Están mirando la altura de la Cruz 
(o las piedras en tenguerengue que penden en permanente  e increible equilibrio) 
y la "bajura" de la base.
Están pisando la capa de tierra que supuestamente era el Huerto para "sembrar tabaco".
Pero aún queda el último repecho para...



alcanzar la "salida". La gloriosa gesta estaba concluyendo.
Ubrique había sido testigo mudo de tan singular hazaña.



Los raquíticos algarrobillos del final nos daban la enhorabuena. Si los miramos desde
abajo podremos calcular el lugar izquierdo de la poco común cornisa "hortelana".
Pero la marcha entre piedras aunque interesante, había sabido a poco a quienes 
están acostumbrados a los Pirineos...



y decidieron seguir "cabreando" por entre los riscos escarpados.



Y es que se siente como un gusanillo atrayente que invita a la continuidad en el ascenso.
La superación de la caliza con su buena adherencia, es un auténtico placer.



Yo me quedé quietecito y un poco nerviosillo pero no por la "preocupación",
si no por dejar plasmada esta imagen que resume
 la conquista de nuestro particular paraíso serrano  para
 dedicársela a Andalucía, a España, a la Humanidad y al Espacio.
Que quede constancia para nuestra progenie, la maravilla natural
que anda por encima de nuestras cabezas que es... 



el último "derrame" geológico de esta parte de la Sierra de Ubrique -la Cruz del Tajo...
emblema  honorífico otorgado por la Madre a nuestro pueblo, 
crucial para el carácter único de Ubrique.


-Dedicado a mis amigos, compañeros y colegas, Caye y Modesto
¡Hay que ver lo que hacemos los mecánicos!-



.

4 comentarios:

  1. ¡Ay qué miedo! llevaba unos meses esperando a que terminases de subir a la Cruz y llegaras al Huerto del Tabaco para hacer esta entrada:

    http://manuelcabelloyesperanzaizquierdo.blogspot.com.es/2012/11/las-sillas-tonet-manuel-cabello-y-el.html

    ... y cuidadín, que al entrar en mi casa hay un par de sillas Tonet :)

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  2. Buen Trabajo Manuel! Gracias por darnos a conocer las entrañas de la Cruz del Tajo.
    Saludos

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  3. María Remedios Cabello Janeiro19 de noviembre de 2012, 15:38

    Manolo. Yo pensaba que teniamos solo un artista para esas fotos tan bonitas pero veo que la cosa. Va a mas. Estoy maravillada y viendote subir como tu padre cuantos recuerdos. Gracias . Un abrazo tita Reme

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    1. Tita Reme.- No veas la ilusión que me ha hecho leer tus cariñosas palabras. Para mi es todo un lujo tenerlas para siempre escritas en el blog. Y que sepas que la saga continua; el Huerto del Tabaco traerá cola; ya lo verás en la próxima entrada. Un beso de tu sobrino "Manolito".

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