sábado, 12 de enero de 2013

Malos humos

Hay días que amanecen claros y con un cielo límpido, color celeste bebé. 
Acaso el efecto foam sobre la sierra del Pinar y poco más.



Aquel día iba a ser de esos... clarito, clarito; cuando de pronto en lontananza, comenzó
a vislumbrarse una columna de humo cerca del Salto de la Mora.



"Espíritu vegetal" que se elevaba a la atmósfera en "crescendo".
¡Ya están otra vez los de Biorreciclaje quemando los restos al lado de la Planta!



Las proporciones de la quema adquirían paulatinamente...



una proporción descomunal y desmesurada...



casi tan grande como una casa (y no es exageración andaluza).



Humareda que invadía con creces...



todo el cielo que nos cubre...



adoptando las formas de una larga nube que viajó hasta más allá del Berrueco.



El intenso aporte de "ceodós" era apreciable por doquier...



incluido su punto de emisión.



No importaba lo lejos o cerca que estuviéramos, 
lo cierto es que estaba afectando todo nuestro derredor.
Esta práctica de quema de restos de podas y talas indiscriminadas sobre el reino vegetal...



No sólo se utiliza allá arriba, sino que también se realiza,
aunque en menor escala, allí abajo...



en la Rozuela (donde hay vida después de la muerte) y por irónico que parezca...



allí mismo, a la vista de todo el mundo civilizado, se encuentra la tan 
cacareada máquina que en su día, iba a convertir los restos vegetales en compost
en un alarde ecológico sin precedentes en nuestro pueblo.



Un invento del municipio que quedó en "agua de borrajas" y es testigo mudo
de su propia inutilidad pues tiene que presenciar como junto a él, el fuego 
malogra su potencial cometido.



Pero volvamos a la barbaridad de aquel día.



La falsa y densa nube trataba de plagiar la belleza de los cielos nubosos naturales...



no obstante, desde los lugares donde no se veía el foco de emisión...



bien podía parecer un auténtico volcán en erupción que echaba tanto humo y pavesas...



que Ubrique y su sierra se fueron colmando de turbidez...



como en un día de niebla cualquiera...



pero con la diferencia del olor.
Hay quien dijo que en el ambiente cargado había un "ligero perfume" a basura quemada.
Pero son aseveraciones no contrastadas.



Lo que sí es cierto es que duró todo el día...



sobre Ubrique (teniendo en cuenta que los días son más cortos).



¿Cuál es la solución para poder atajar el problema...?
Desde Ubrique en verde proponemos a modo de ejemplo...
amontonarlos y esperar su descomposición natural pero habiendo separado
previamente las ramas de gran calibre para, una vez secas,
ofrecerlas a las barriadas para la celebración del día de los gamones,
en los que se hacen grandes candelas y es fiesta declarada de interés turístico
todos los tres de mayo.
(¡Qué buena idea tuvo el que ya sabe!)



Lo que está claro es que tenemos que evitar a toda costa que una vez más, se cierna sobre
nosotros ese dichoso humo y recordar que los tiempos del dudoso funcionamiento
 de la incineradora de basuras cuya planta sigue "adornando" las faldas de la ciudad
romana de Ocurrris, pasaron a la historia.


.

2 comentarios:

  1. LUZ DE HUMO

    El cielo se ennegrece y el luto de humo llora por nosotros.
    Pintamos sobre un lienzo planetario solo colores negros,
    la paleta del mundo se emborrona de grises oscuros con noche mezclados
    ya no se ve al sol, no distingo el volar de pájaros,
    quedó en el recuerdo esos colores de vida, de tonos pasteles satinados
    como un amanecer de Abril en mi pueblo.
    Rayos de luz sobre los cántaros de la fuente reflejados.

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    1. ¿Y qué podré decir yo ahora...? ¡Jó, tío! ¡Qué bueno! Pienso que este poema vendría de perlas en el blog "Poesía ambiental de Muriel"... ¡Sin ir más lejos! Un abrazo.

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